Pago de nómina, compra de materia prima, pago de impuestos y servicios, seguros, gastos de Internet y arriendos son solo algunos de los costos fijos y variables que debe cubrir toda empresa o negocio para mantener su operación.
Para planificar y dirigir tu empresa de forma eficiente, es importante que conozcas bien estos dos conceptos, cómo clasificarlos y las diferencias que existen entre ellos.
¿Te interesa ser más eficiente en la administración de tu empresa? ¡Continúa leyendo hasta el final para que conozcas qué es costo fijo y costo variable y cuáles son las diferencias entre ellos!
¿Qué es costo fijo?
El costo fijo son todos los pagos mínimos invariables e imprescindibles que debe hacer una empresa o negocio periódicamente para continuar funcionando. Estos costos siempre se deben pagar, independientemente del nivel de producción que tenga el negocio.
Sin embargo, aunque imprescindibles, los costos fijos no guardan una relación directa con la producción de la empresa en sí mismos, es decir, estos no son susceptibles de fluctuar según se incremente o disminuya la productividad.
Los costos fijos permiten calcular la necesidad de financiación de un negocio bien sea para iniciarlo o para mantenerse en funcionamiento.
Toda empresa, independientemente de su tamaño o mercado, debe cubrir una serie de costos fijos entre los cuales podemos señalar:
- Impuestos inmobiliarios;
- Servicios públicos (agua, electricidad, gas);
- Arriendo de depósitos, oficinas, locales (según sea la necesidad de cada uno);
- Seguros (pérdidas, incendios, robos);
- Materiales de oficina (cartuchos de impresora, hojas de papel, bolígrafos, libretas, cinta adhesiva);
- Servicio de Internet (para el funcionamiento de los software de gestión, ventas, operativos);
- Mano de obra indirecta (personal del área administrativa de la empresa o negocio);
- Personal de vigilancia;
- Gastos administrativos (gastos que no están asociados directamente con las áreas de fabricación, producción o ventas);
- Transporte (seguro, mantenimiento);
- Tributos como licencias y tasas municipales;
- Publicidad;
- Reparaciones;
- Servicios bancarios (impuestos, comisiones por mantenimiento);
- Servicios profesionales.
Los costos fijos, a su vez, pueden clasificarse en:
Comprometidos, cuya alteración, por mínima que fuera, puede afectar en gran medida la producción (en esta área se encuentran los impuestos, ya que su impago puede ocasionar a la empresa multas y/o cierres);
y discrecionales que pueden disminuirse sin alterar la producción (aquí podemos tomar como ejemplo la publicidad, ya que de ser necesario se puede disminuir sin afectar la producción).
¿Estás experimentado dificultades para gestionar tu negocio? Quizás sea que no estás siguiendo un modelo claro y eficiente, por eso, ¡no dejes de descargar nuestras planillas de gestión!
¿Qué es costo variable?
Como su nombre lo indica, los costos variables son aquellos pagos que dependen directamente del nivel de productividad de la empresa o negocio, son directamente proporcionales, es decir: a mayor productividad, mayor costo variable, y a menor productividad, menor costo variable.
Entre los costos variables de una empresa o negocio podemos encontrar:
- Materia prima: si la producción aumenta, es necesario comprar más cantidad de materia prima, pero si baja, se reduce también la compra.
- Comisiones sobre ventas: en este caso si hay más ventas aumentan las comisiones de los empleados, pero si hay menos, baja el número de comisiones que se deben pagar.
- Envases y embalajes: lo mismo sucede en este caso, a mayor producción se hace necesario comprar más cajas, envases, bolsas o lo que sea que utilicemos para empacar los productos que vendemos y viceversa.
- Combustible y recursos energéticos: entre mayor operatividad tenga la empresa, también consumirá mayor cantidad de combustible y energía para poder ejecutar sus procesos.
- Costos de distribución: obviamente si las ventas crecen, también lo hará la distribución y viceversa.
¿Cuáles son las diferencias entre costo fijo y costo variable?
Evidentemente y tal como lo señalamos anteriormente, existen algunas diferencias entre ambos conceptos. Las principales son:
- Los costos fijos son todo aquello que tiene que pagar la empresa de forma obligatoria, sin importar los niveles de producción, mientras que los variables son los gastos que deberá hacer las empresas dependiendo directamente de sus niveles de productividad.
- Los fijos tienen una periodicidad determinada (mensual, trimestral, anual), como el arriendo, por ejemplo. En tanto, los variables no solo aumentarán o disminuirán, sino que también se pagarán de acuerdo a diferentes ciclos de trabajo, como distribución, embalaje, materia prima.
Como ves, los variables cambian no solo en monto, sino también en la frecuencia con la cual deben ser liquidados bien sea a un proveedor, el SII o cualquier otro actor del mercado.
En tanto, los fijos se mantienen en el tiempo en valor y también en periodicidad. ¡La diferencia está muy clara!
Desde el punto de vista contable, ambos pueden y deber ser registrados e influencian tanto la carga impositiva como los presupuestos internos para la administración y control del capital de trabajo.
En este punto podemos decir que los conceptos de costos fijos y variables están presentes indefectiblemente en el plan operativo de toda organización, empresa o negocio, sin importar su área de competencia. También, que existen marcadas diferencias entre estos, pero que a la vez deben convivir en un mismo presupuesto de operación.
Si bien los costos fijos pueden ser estimados con mayor precisión y por lo tanto tienden a ser el enfoque primordial de nuestras proyecciones, no podemos dejar a un lado los variables, especialmente si nuestras empresas están en medio de un plan de crecimiento.
Y es que, al tomar la decisión de expandirte, debes saber que cada nueva tarea, departamento o línea de productos también conllevará gastos adicionales, que empezarán a ser recurrentes en tu organización.
Valorar este realidad y seguir el nivel de gasto de manera constante es fundamental para un crecimiento escalable y ordenado.
No lo olvides: el manejo eficiente de estos dos conceptos en la empresa evitará perdidas económicas y dificultades financieras.