La liquidez es un elemento muy importante para todas las empresas y, en ocasiones, no hacer el debido seguimiento para conocer su estado real podría significar problemas de insolvencia económica para cualquier negocio. 

Por esta razón, resulta indispensable saber cómo hacer un flujo de caja, pues mantener la estabilidad económica no solo consiste en realizar muchas ventas, sino también en la correcta administración y control de todos los movimientos de dinero.

En virtud de ello, en este artículo te explicamos cómo hacer un flujo de caja saludable para prevenir los riesgos de liquidez y operatividad en una empresa.

¡Toma nota!

¿Qué es un flujo de caja saludable?

El flujo de caja es un informe financiero que demuestra todos aquellos ingresos y egresos de efectivo generados en una empresa —durante un periodo de tiempo— para conocer mediante datos concretos el comportamiento de su liquidez y, por consiguiente, lograr una buena gestión empresarial.

Normalmente, los ingresos de dinero son por cobros de facturas, préstamos y ganancias por inversiones, entre otras transacciones; por su parte, los egresos o gastos se dan por el pago de arriendo, sueldos y servicios básicos, entre otras cuentas.

Cuando los resultados obtenidos son positivos, es decir, los ingresos superan a los egresos, entonces hablamos de un flujo de caja saludable: la empresa tiene la liquidez necesaria para cumplir con sus funciones y obligaciones.

Cabe destacar que en el flujo de caja son consideradas aquellas entradas y salidas de dinero en las que efectivamente se ha incurrido, es decir, aquellos ingresos y egresos en los cuales se ha recibido o pagado el importe correspondiente, por lo tanto, no deben ser parte del flujo las cuentas por cobrar o por pagar que se encuentren pendientes al momento de su elaboración.

 

 

¿Cómo hacer un flujo de caja?

Realmente, no es difícil realizar un flujo de caja, pero hay ciertos datos y acciones que debes tener presente a la hora de efectuarlo para que el resultado sea correcto. Los pasos para hacerlo son:

  1. Recopila toda la información contable de la empresa, incluyendo informes financieros como los balances o estados de resultado.
  2. Una vez que tengas esa información podrás obtener el saldo inicial con el cual podrás empezar a elaborar tu flujo de caja.
  3. Decide qué periodo de tiempo deseas analizar: normalmente es un año, pero también puedes hacer un flujo mensual o semanal según estimes conveniente.
  4. Registra todos aquellos ingresos que hayan sido obtenidos durante el tiempo que seleccionaste.
  5. Igualmente, haz lo mismo con los egresos para que puedas conocer cuáles fueron los gastos efectivamente realizados en ese periodo.
  6. Luego de tener toda esta información detallada, debes proceder a realizar los respectivos cálculos: al saldo inicial vas a sumar todos los ingresos realmente percibidos y restar los gastos que anteriormente definiste.
  7. Al ejecutar la operación, obtendrás un resultado que puede ser negativo o positivo, el cual reflejará el saldo final que determinará si la empresa tiene liquidez.

Cuando el saldo es positivo significa que la empresa cuenta con dinero disponible al final del periodo, un resultado que es buena señal al indicar que los ingresos superaron a los egresos. Por el contrario, si el saldo es negativo, será necesario verificar qué podría estar pasando y por qué, pues en ese caso la empresa tendría más gastos que ingresos.

 

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La importancia de saber cómo hacer un flujo de caja

Como mencionamos al inicio, el flujo de caja es uno de los informes contables más importantes para las empresas porque permite visualizar la real situación económica de un negocio en cuanto a su liquidez y permite tomar decisiones más acertadas para lograr el crecimiento del mismo.

¿Qué puedes lograr al elaborar un flujo de caja? ¡Veamos ahora mismo!

  • Prevenir a tiempo situaciones de falta de liquidez y tomar medidas que puedan revertir este problema.
  • Determinar si eres capaz de adquirir más mercancía.
  • Estudiar la posibilidad de reducir gastos, en especial cuando el flujo de caja indica un saldo negativo.
  • Definir si puedes pagar tus obligaciones a tiempo o, por el contrario, si necesitas solicitar una ampliación de los plazos de pagos o refinanciamiento de deudas.
  • Tomar decisiones de reinversión si tienes la liquidez suficiente.
  • Conocer si es preciso solicitar un crédito para financiar a la empresa.

Sin duda, este informe financiero puede significar muchos beneficios para una empresa. Asimismo, la realización de este permitirá conocer con exactitud cuáles son los gastos en que incurre una organización —tanto fijos como variables— para implementar estrategias que ayuden al crecimiento de la misma.

¿Cómo mantener un flujo de caja saludable?

A continuación, te entregamos algunos consejos para que puedas mantener un flujo de caja saludable:

  • Sigue continuamente las cuentas por cobrar: Encárgate de facturar a tiempo a todos tus clientes, ordenar las fechas límites de pago y vigilarlas para que no se pase ninguna por alto. Además, envíales recordatorios constantemente.
  • Aprovecha los incentivos por pagos adelantados: Muchas veces los proveedores aplican descuentos por realizar pagos antes de la fecha límite, así que si tienes la posibilidad ¡hazlo!
  • Evita caer en mora: Usa a tu favor los plazos de crédito de tus proveedores pagando al límite de lo acordado, pero nunca caigas en atrasos que generen intereses.
  • Automatiza tus operaciones: Utiliza sistemas que te ayuden a agilizar las operaciones y evitar errores de cálculos que puedan interferir en el verdadero resultado del flujo de caja.

¡Listo! Ya sabes cómo hacer y tener un flujo de caja saludable para ayudar a que una empresa logre crecer a lo largo del tiempo, tomar las mejores decisiones y continuar su operatividad.

Para complementar esta lectura, te invitamos a descargar nuestra guía “¿Cómo gestionar el flujo de caja de tu empresa?”, en la cual encontrarás valiosas herramientas para obtener excelentes resultados. ¡No te la pierdas!

 

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