Muchas veces no nos detenemos a pensar por qué las cosas son como son, y eso suele suceder, incluso, en el costo que tienen aquellos productos que compramos a diario. Sin embargo, si estás empezando tu propia empresa, es obligatorio que aprendas cómo fijar el precio de un producto y así podrás mantenerte competitivo en el mercado.
Un cliente puede ver el precio de un producto o artículo, fijarse en su presupuesto, aceptar el precio y pagarlo, pero también puede estar en desacuerdo con el monto, rechazarlo y no realizar la compra.
Los precios no son montos que se fijen autoritaria y caprichosamente. Tampoco tienen que ver con tu idea del valor de las cosas. Cuando decides abrir un negocio que oferte cualquier tipo de producto, debes estar consciente de todos los costos que esta aventura comercial ha tenido para ti.
Cuando tengas clara y resuelta esta parte de las finanzas de tu emprendimiento, podrás asignarle el valor justo para tener un margen de ganancias, pagar impuestos y no olvidar el precio al costo de tu inventario.
Si quieres descubrir más al respecto, ¡sigue leyendo hasta el final!
Puede que hacer un estudio de mercado esté fuera de las posibilidades económicas concretas actuales, pero ese no es impedimento para que puedas conocer a tu público objetivo.
Existen encuestas informarles —como las de SurveyMonkey— en las que puedes exponer los temas y preguntas según tu criterio. Envía esta encuesta a una base de datos de clientes potenciales que tengas, y de esa forma descubrirás qué opinan diferentes personas del enfoque que tiene tu emprendimiento y cómo lo valoran.
Si no conoces los costos y gastos que genera o se relacionan con tu emprendimiento, será muy difícil que puedas fijar precios adecuados a tus productos. En este sentido, te aconsejamos llevar un estricto control de los gastos y costos de mantener esta empresa.
También, debes comprender cuánto necesitas para cubrir el costo base de tu inventario más otras variables como transporte, bodegas, impuestos y otros cobros gubernamentales. Recuerda que a esto debes añadir gastos fijos, como el arriendo de un local u oficina y los servicios básicos que ello implica.
Asimismo, los conceptos básicos que debes considerar cuando busques una fórmula para fijar los precios y no cobrar de más ni de menos son:
Esto quiere decir que debes considerar todos los aspectos involucrados en su producción —diseño, materiales, mano de obra, entre otros—, importación o cualquiera sea su origen.
Corresponden a todos los gastos que conlleva iniciar un emprendimiento, como abogados, trámites, notarías, proveedores, entre otros.
En este ítem debes incluir todos los compromisos comerciales que se hayan adquirido con entidades bancarias para poder iniciar la operación comercial.
No trabajas gratis y si dedicas todo tu tiempo productivo a tu emprendimiento, ese tiempo debe ser remunerado. Calcula el valor de tu hora de trabajo y sopesa las responsabilidades. No se trata de que te pagues una pequeña fortuna, pero sí de que compenses tu verdadero valor en tu aventura comercial.
¿Llevas la cuenta de cuánto has invertido? ¿Tienes algún socio que decidió ayudarte a financiar la idea? Cualquiera sea el caso, si se invirtió capital, debe existir un retorno de la inversión. Esto queda sujeto a un acuerdo entre las partes sobre en cuánto tiempo esperan recuperar el monto invertido.
Al sumar todos estos factores, tendrás una idea de lo que necesitas vender, producir y trabajar para lograr ese monto. Adicionalmente, tendrás una idea básica sobre los precios a fijar.
Dicho de otra forma, debes conocer los límites de tu propia ambición. Con esto no queremos decir que te restrinjas, sino que te preguntes cuál sería el límite que quieres lograr en lo que se relaciona con esta empresa. ¿Cuál es tu techo de ingresos?
Fija un objetivo en lo relacionado a dinero y calcula cuánto tendrías que vender en un año para alcanzarlo; con ese número en mente, haz una estimación de lo que esperas vender. Luego, divide tu ingreso objetivo por el número de unidades del producto para tener un resultado muy cercano al precio que debes cobrar por ese producto.
Si en tu inventario tienes muchos productos diferentes, necesitas asignarles su objetivo de ingresos globales a cada uno y realizar el mismo cálculo para llegar al precio al que necesitas vender cada producto con el fin de alcanzar sus objetivos financieros.
Es primordial que sepas contra quién compites porque lo más probable es que tu cliente ideal también investigue para comparar las ofertas y elegir cuál es la más conveniente para su situación.
Conocer a la competencia sirve para que tengas una idea sobre precios referenciales y las características de lo ofertado. En esta misma línea, es muy útil revisar los precios comerciales —no a costo— en otras monedas que exhiben los artículos que quieres vender.
Teniendo definidos los puntos que hemos desarrollado en este texto, podrás fijar los precios tomando en cuenta todas las variables que influyen en tu negocio. Además, podrás darle un valor justo al esfuerzo de tus colaboradores y el tuyo propio.
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