A la hora de registrar las transacciones de carácter monetario que afectan las cuentas de un ente económico, las cuentas T suelen ser uno de los métodos más utilizados y eficaces. Aquí te contamos cómo se hace una cuenta T en contabilidad financiera.
Se trata de la representación gráfica en un esquema "en forma de T" de una cuenta contable, y los respectivos elementos que la componen.
Permite visualizar perfectamente los débitos y créditos de cada cuenta, y representar gráficamente sus movimientos, y la capacidad de dar y recibir.
Por lo tanto, resulta fundamental para el desarrollo y aplicación del principio de partida doble y la ecuación patrimonial.
Se trata de una herramienta muy útil para entender de forma sencilla cómo se ven afectadas las cuentas de una empresa por las transacciones que realiza.
Una cuenta T contiene lo siguiente:
Por ejemplo, el formato de una cuenta T en contabilidad se vería así:
Disponible 1.220.010 | |
Débito | Crédito |
400.000 250.000 120.000 |
150.000 145.000 230.000 |
770.000 | 525.000 |
245.000 |
Esto te permite visualizar a la perfección los débitos y créditos de cada cuenta, representar sus salidas y entradas y aplicar correctamente el principio de partida doble, que mantiene el equilibrio entre el “Debe” y el “Haber” en cualquier sistema contable.
Al emplear la cuenta T debes tener muy presente la naturaleza de las cuentas contables. De lo contrario, el registro no cumplirá con el principio de partida doble y, por lo tanto, la contabilidad del ente económico será errónea.
Al respecto, es importante recordar que las cuentas de activos y gastos son de naturaleza deudora, por lo que su saldo normal debe estar en la columna del debe; mientras que las cuentas de pasivos, capital e ingresos son de naturaleza acreedora, y deben reflejarse en la columna del haber.
Es por esto que, en el ejemplo presentado anteriormente para explicar la estructura de la cuenta T, el saldo fuese débito. “Bancos” es una cuenta del activo, es decir, de naturaleza débito. Hubiese ocurrido todo lo contrario en una cuenta del pasivo o del patrimonio, que son de naturaleza crédito.
El procedimiento para hacer una cuenta T puede resultar algo complejo, pero la verdad puede ser bastante sencillo. Acá te dejamos un ejemplo de cuenta t y podrás observar su paso a paso para ejecutarla de forma correcta en una plantilla excel.
Como lo viste en la imagen anterior, la cuenta T se caracteriza por tener la forma de la letra T. Pero, más allá de eso, debes saber que tienes que ubicar el “Debe” al lado izquierdo del esquema para registrar los débitos, y el “Haber” del lado derecho para ingresar los créditos.
Debe | Haber |
Debes colocar el nombre y el código de la cuenta, preferiblemente en la parte superior del esquema para facilitar su identificación.
Una vez que has realizado el esquema T para las cuentas afectadas por los movimientos económicos de la empresa, puedes iniciar el registro. Para ello, debes tener en cuenta que:
Al respecto, recuerda que los gastos y activos de una empresa son considerados recursos utilizados para generar beneficios, mientras que los pasivos, capital e ingresos reflejan las fuentes de donde se pueden obtener tales recursos. Por lo tanto, por regla general:
Esto quiere decir que solamente las cuentas de activos e ingresos se incrementan por el débito; mientras que el resto (pasivo, ingresos y capital) lo hacen por el crédito.
Imagina que la Compañía X compró materiales por un valor de $1.000.000. Paga con cheque el 50% y el saldo restante a 30 días. En consecuencia, tienes tres hechos económicos importantes:
Las cuentas de “Inventario” y “Bancos” son de activos, por lo que aumentarán por el débito; mientras que la de “Cuentas por pagar” es del pasivo, lo que quiere decir que aumentará por el crédito. En ese sentido, deberías realizar el registro de la siguiente manera:
Inventarios | |
Débito | Crédito |
1.000.000 | |
1.000.000 |
Bancos | |
Débito | Crédito |
500.000 | |
500.000 |
Bancos | |
Débito | Crédito |
500.000 | |
500.000 |
Como lo viste en el ejemplo, se cumple a la perfección el principio de la partida doble, que dice que todo movimiento económico involucra, al menos, dos cuentas: una que recibe y otra que da, por lo que al final de la operación la suma de los débitos tiene que ser igual a la suma de los créditos.
Su utilización en la actualidad es de lo más sencilla, gracias a los software de contabilidad modernos, que permiten automatizar el ingreso y registro de un gran número de operaciones, y la posterior generación de informes -con distintas vistas de las cifras actualizadas al momento- con los que se pueden tomar mejores decisiones.
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