1. Investiga tu idea y conoce tu mercado
Todo gran emprendimiento comienza identificando una necesidad o problema que resolver. Asegúrate de que tu idea efectivamente soluciona algo valioso para tus futuros clientes y estudia el mercado en el que te vas a insertar.
Investiga quiénes serán tus competidores, qué ofrecen y en qué podrías diferenciarte tú. También define quién es tu público objetivo: ¿quién tendrá el problema que tu producto o servicio resuelve, cuáles son sus preferencias y hábitos?
En Chile cuentas con un entorno favorable para innovar y atender nuevas oportunidades. De hecho, según un estudio global reciente, casi 7 de cada 10 personas perciben que hoy es más fácil iniciar un negocio que antes de la pandemia.
Tómate el tiempo de validar tu idea hablando con potenciales clientes, evaluando la demanda y confirmando que existe un espacio en el mercado.
Un error común es enamorarse de una idea sin verificar si realmente atiende una necesidad real.
Por eso, pon siempre al cliente en el centro: entiende sus dolores y deseos, y adapta tu propuesta de valor para conquistarlo. Esta preparación inicial te dará confianza para los siguientes pasos.
2. Elabora un plan de negocios sólido
Un plan de negocios es tu hoja de ruta. En él plasmarás cómo va a operar tu empresa, cómo generarás ingresos y cómo enfrentarás los desafíos.
En tu plan debes definir objetivos, estrategias de marketing, modelo de ingresos, estructura de costos y proyecciones financieras.
Incluye un análisis del entorno: considera factores económicos actuales de Chile, como la inflación o comportamiento del consumo, que puedan influir en tu negocio.
Sé realista con las cifras y metas, basándote en datos objetivos. Un buen plan de negocios te ayudará a mantener el enfoque, atraer posibles socios o inversionistas, y servirá como herramienta de gestión interna para monitorear el avance de tu empresa.
Recuerda actualizarlo periódicamente, ya que el mercado y las condiciones pueden cambiar.
3. Formaliza tu negocio y cumple con la normativa
Dar el paso de la formalización es fundamental en 2025. Además de darle seriedad a tu emprendimiento, te permitirá operar dentro de la ley y acceder a beneficios.
Chile cuenta con la iniciativa “Tu Empresa en un Día” que facilita la constitución de empresas en forma rápida y en línea, permitiéndote obtener tu RUT e iniciar actividades ante el SII en pocos pasos.
Puedes escoger la figura legal que más te convenga (por ejemplo, SpA, EIRL, Ltda., etc.) y hasta usar una dirección comercial virtual si lo necesitas.
No olvides también tramitar la patente municipal (licencia comercial) en la municipalidad donde operará tu negocio, y cualquier otro permiso sectorial si aplica (sanitario, ambiental, etc., según el rubro).
Ten presente que desde enero de 2025 entraron en vigor normas más estrictas contra la informalidad.
Por ejemplo, la Ley Antievasión obliga a los bancos a reportar al Servicio de Impuestos Internos cuando una cuenta recibe más de 50 transferencias de distintos RUT en un mes.
¿Vendías por redes sociales “por cuenta propia”? Es momento de formalizarte. La solución es formalizar tu negocio: al hacerlo, podrás emitir boletas electrónicas por tus ventas y operar con tranquilidad.
Además de evitar multas o sanciones, estar formalizado te abre puertas: podrás acceder a financiamiento bancario, postular a fondos gubernamentales, vender a empresas más grandes e incluso ganar la confianza de más clientes.
En resumen, cumplir con las normas tributarias y legales desde el inicio te dará una base sólida para crecer sin sobresaltos.
4. Ordena tus finanzas y lleva la contabilidad desde el día uno
Llevar un control financiero ordenado es fundamental para la salud de tu emprendimiento. La contabilidad de tu pyme no es un mero trámite: es la herramienta que te permite saber cómo va tu negocio en realidad.
Mantener registros claros de todos los ingresos y gastos, desde las ventas hasta los costos operativos, sueldos (si los hay) e impuestos, te dará una visión completa de la situación financiera.
Una contabilidad ordenada significa tener control de todo el dinero que entra y sale de tu negocio, algo esencial para emprender con éxito.
Así podrás determinar si estás ganando o perdiendo dinero, tomar decisiones informadas y ajustar a tiempo tu estrategia.
Separa las finanzas personales de las de tu empresa: abre una cuenta bancaria a nombre de tu negocio para manejar sus movimientos.
Familiarízate con tus obligaciones tributarias: en Chile, si realizas actividades comerciales debes declarar impuestos mensualmente (el Formulario 29 para IVA y retenciones, por ejemplo) y pagar los que correspondan.
Si la contabilidad no es tu fuerte, busca apoyo profesional o tecnológico. Considera contratar a un contador externo que te asesore en temas tributarios, o apóyate en software de contabilidad en la nube, como Nubox, para gestionar facturas, boletas y libros contables de manera fácil.
Esto te ahorrará tiempo y reducirá errores. Una buena gestión financiera desde el comienzo te evitará dolores de cabeza y te ayudará a demostrar solvencia ante potenciales inversores o bancos en el futuro.
5. Busca financiamiento y aprovecha el apoyo estatal
No tienes que financiar todo tu emprendimiento solo con tus ahorros. En Chile existen múltiples fuentes de financiamiento y apoyos para nuevos negocios.
Un buen punto de partida son los fondos concursables del Estado dirigidos a emprendedores. Por ejemplo, Sercotec ofrece programas como Capital Semilla Emprende y Capital Abeja Emprende para apoyar a quienes tienen un proyecto de negocios.
El Capital Semilla Emprende entrega un subsidio de hasta $3.500.000 (pesos chilenos) para concretar nuevos negocios, cubriendo gastos de puesta en marcha, inversiones iniciales e incluso capacitación.
En el caso de Capital Abeja Emprende, está enfocado en apoyar emprendimientos liderados por mujeres, con montos similares. Estos fondos no reembolsables pueden darte ese empujón inicial que necesitas.
Además de Sercotec, está CORFO, que ofrece líneas de financiamiento para emprendimientos de mayor escala o con componente innovador (como programas Semilla Expande, Startup Chile, créditos blandos, garantía para préstamos bancarios, etc.).
Por supuesto, no olvides las fuentes tradicionales: un buen plan de negocios te puede ayudar a conseguir un préstamo bancario o inversión de terceros (familia, amigos, inversionistas ángeles).
Investiga y aprovecha las opciones de apoyo disponibles, el ecosistema chileno tiene numerosos recursos para emprendedores, desde concursos hasta mentorías y cofinanciamiento.
El dinero no debe ser una barrera insalvable: con información y perseverancia, puedes armar el financiamiento para arrancar tu empresa.
6. Adapta tu negocio a la era digital
En los últimos años ha habido una aceleración de la adopción tecnológica, y los negocios que prosperan son aquellos que aprovechan las herramientas digitales para ser más eficientes y llegar a más clientes.
De hecho, el 98% de las pymes en Chile planeaba invertir en su digitalización durante 2024, reflejando la enorme importancia que dan a la tecnología.
¿Por qué? Porque funciona: más del 60% de las pymes chilenas han visto aumentar sus ventas y productividad gracias a la digitalización.
¿Qué implica esto para un nuevo emprendedor? Primero, establecer una presencia online sólida.
Crea, por lo menos, perfiles en redes sociales relevantes para tu público (Instagram, Facebook, TikTok u otras) y considera desarrollar un sitio web o tienda virtual si vas a vender productos.
Hoy existen plataformas e-commerce de fácil uso que te permiten montar una tienda en línea rápidamente.
Segundo, adopta herramientas digitales para la gestión interna: por ejemplo, software de punto de venta, sistemas de facturación electrónica, plataformas de marketing digital para enviar correos a tus clientes, etc.
Chile tiene una alta penetración de internet y los consumidores están acostumbrados a la inmediatez: un cliente podría buscarte en Google o querer pagar con su teléfono; asegúrate de estar preparado para eso (por ejemplo, usando medios de pago electrónicos como transferencias, WebPay, billeteras digitales, etc.).
La digitalización también te permitirá competir de igual a igual con negocios más grandes, al automatizar procesos y acceder a clientes más allá de tu localidad.
Si no eres muy diestro con la tecnología, apóyate en programas de capacitación: existen iniciativas como “Digitaliza tu Almacén” de Sercotec para pequeños comercios, o cursos gratuitos en el Portal de Capacitación Sercotec sobre marketing digital, comercio electrónico y otros.
En resumen, incorpora la cultura digital en tu emprendimiento desde el inicio. Esto te dará agilidad, mayor alcance comercial y datos para tomar mejores decisiones.
7. Rodéate de mentorías y redes de apoyo
Emprender no tiene por qué ser un camino solitario. Contar con mentores, asesores y redes de otros emprendedores puede marcar una gran diferencia, especialmente cuando estás empezando y necesitas consejo o un empujón anímico.
En Chile existe la red de Centros de Negocios Sercotec a lo largo de todo el país, donde emprendedores y pequeños empresarios reciben asesoría técnica individual sin costo, de parte de mentores expertos, para fortalecer sus capacidades y desarrollar su negocio.
Vale la pena acercarse al centro de negocios de tu región: allí puedes obtener mentoría personalizada, asistencia para mejorar tu plan, e incluso te ayudan a conectar con fuentes de financiamiento y a hacer contactos.
Muchos emprendedores que han pasado por estos centros destacan lo valioso que fue tener acompañamiento de mediano a largo plazo en la implementación de sus ideas.
Además de las instancias estatales, busca comunidades de emprendedores. Actualmente hay numerosos grupos en redes sociales (como grupos de Facebook, LinkedIn) y organizaciones donde emprendedores comparten experiencias y consejos.
Participa en eventos, charlas o workshops de emprendimiento (universidades, incubadoras y hasta municipalidades suelen organizar actividades).
Incluso programas como Start-Up Chile (de CORFO) o las incubadoras de negocios en distintas universidades no solo entregan financiamiento a proyectos innovadores, sino también redes de mentores y capacitación intensiva.
Pedir ayuda no es signo de debilidad, sino de inteligencia: otros ya recorrieron este camino antes que tú y pueden orientarte para que no cometas los mismos errores.
Construir una red de apoyo te dará perspectivas nuevas, te motivará en momentos difíciles y, quién sabe, podría presentarte a futuros socios o colaboradores clave.
8. Establece alianzas estratégicas y colabora con otros
Un error común del emprendedor novel es querer abarcar todas las tareas y roles, desde la producción hasta las ventas y la contabilidad.
En realidad, colaborar con otros emprendimientos o aliados estratégicos puede potenciar tu negocio enormemente.
Identifica qué actividades de tu empresa no son tu especialidad o podrían ser mejor ejecutadas por un tercero, y considera tercerizar o asociarte.
Por ejemplo, quizá te convenga contratar a un freelance para el diseño de tu logo o tienda online, mientras tú te enfocas en el desarrollo del producto principal.
O tal vez puedes aliarte con otro emprendedor que venda algo complementario al tuyo, para promocionarse mutuamente (alianzas win-win).
En Chile existen gremios y asociaciones de emprendedores según sectores; unirte a ellas puede darte visibilidad y contactos. También considera buscar un socio si tu proyecto lo amerita, alguien que comparta tu visión y sume habilidades que tú no tienes.
No tienes que hacer todo tú mismo; siempre hay cosas que alguien más hace mejor que tú, y unir fuerzas puede acelerar tu crecimiento.
Las alianzas estratégicas también incluyen proveedores y clientes clave: construye relaciones de confianza con tus proveedores (negocia plazos, buenos precios) y escucha a tus primeros clientes, podrían convertirse en embajadores de tu marca si se sienten valorados.
En resumen, el trabajo en equipo te permitirá llegar más lejos de lo que podrías solo. Rodéate de gente talentosa y socios confiables, porque un buen equipo y buenas alianzas son la base de empresas exitosas.
9. Sé perseverante y aprende de los fracasos
Habrá obstáculos en el trayecto: desde meses en que las ventas no acompañen, hasta trámites que se demoran más de lo previsto o ideas que simplemente no resultan como esperabas.
La diferencia entre quienes abandonan y quienes triunfan a largo plazo suele estar en la perseverancia. El éxito no llega de la noche a la mañana, así que no te desanimes ante las dificultades. Cada tropiezo trae una lección.
En lugar de ver los problemas como frenos, míralos como oportunidades para aprender y mejorar. Ajusta tu plan las veces que sea necesario (pivotear no es raro: muchas startups exitosas cambiaron de estrategia varias veces antes de dar en el clavo).
También es importante saber manejar el fracaso cuando ocurra. No todos los intentos van a funcionar, y eso está bien.
Debes estar dispuesto a equivocarte y seguir adelante, incorporando lo aprendido en el siguiente intento.
Rodéate de gente que te apoye en los momentos difíciles (como mencionamos en los tips anteriores) y celebra tus pequeños logros para mantenerte motivado.
La mentalidad resiliente se construye día a día: mantén la vista en tu objetivo final, pero disfruta también el proceso, con sus altos y bajos. “Fallar” no es lo opuesto a “tener éxito”; es parte del camino hacia él.
Si perseveras y te adaptas, aumentarás enormemente tus probabilidades de alcanzar tus metas emprendedoras.
10. Mantén la motivación y ¡atrévete a comenzar!
El último consejo, pero quizá el más importante: cree en ti y en tu proyecto. Si ya hiciste tu tarea investigando, planificando y preparándote, no postergues más el inicio de tu emprendimiento.
A veces el perfeccionismo o el miedo nos frenan; queremos tener “todo listo” para arrancar, pero la realidad es que nunca habrá un momento perfecto.
Empieza en pequeño si es necesario, prueba tu producto o servicio en un círculo cercano, obtén retroalimentación de tus primeros clientes y ve ajustando sobre la marcha.
Emprender requiere pasión y convicción, así como disciplina para trabajar por tus sueños día tras día. Mantén claras tus motivaciones personales de por qué emprendiste (ya sea brindar una mejor calidad de vida a tu familia, realizarte profesionalmente, resolver un problema que te apasiona, etc.), pues serán tu combustible en tiempos difíciles.
También cuida tu bienestar: la vida del emprendedor puede ser absorbente, pero trata de equilibrarla con tu vida personal para evitar el burnout.
Rodéate de gente positiva que crea en ti. Visualiza el éxito, pero también disfrútalo hoy: cada paso que das hacia adelante ya es un logro.
En palabras simples, ¡atrévete a emprender! Chile ofrece un entorno fértil para los soñadores con iniciativa, y con estos consejos estás mejor preparado para dar el salto.
¿Estás listo para comenzar tu camino emprendedor? En Nubox contamos con recursos y herramientas para apoyar a pymes y nuevos emprendedores en su gestión (desde software de facturación y contabilidad hasta contenidos formativos en nuestro blog).