En el ámbito de la gestión de equipos, los líderes y gerentes enfrentan desafíos palpables que afectan directamente a la eficiencia y dinámica del personal a su cargo. La complejidad de coordinar talentos diversos se traduce en dificultades para mantener una comunicación efectiva. La gestión del talento humano de la diversidad y la garantía de cohesión entre miembros con distintas perspectivas pueden generar tensiones en el entorno laboral.
En este artículo abordaremos las estrategias prácticas para superar estos desafíos, como también las dificultades que experimentan los líderes y gerentes al gestionar sus grupos de trabajo.
Proporcionaremos herramientas y soluciones concretas para liderar equipos con eficacia, mitigando las tensiones inherentes y promoviendo un clima laboral armonioso que potencie el rendimiento individual y colectivo.
¿Qué es la gestión de equipos?
La gestión de equipos abarca todas las estrategias que, implementadas de manera efectiva, representan herramientas para gestionar y contribuyen a que un equipo funcione de forma adecuada. Su objetivo primordial es maximizar su rendimiento y asegurar el bienestar de cada participante.
A diferencia de otras formas de gestión, su foco no radica únicamente en la gestión de proyectos y la culminación rápida los mismos, ni en la organización de actividades para favorecer su progreso. En su lugar, se dedica a identificar áreas de mejora y fortalezas individuales de cada colaborador.
El propósito es construir un grupo equilibrado que opere en armonía, mejorando las habilidades de trabajo de cada integrante y, como consecuencia, aumentando la productividad general.
¿Cómo se gestiona un equipo?
Para gestionar un grupo de trabajo de manera efectiva y potenciar el talento humano que lo conforma, es esencial dirigir la atención hacia los siguientes aspectos:
1. Selecciona al líder ideal
Elegir al líder del equipo adecuado no es solo una opción, sino una piedra angular en la gestión de grupos. Un líder hábil y experimentado posee la capacidad de manejar diversos tipos de equipos y situaciones, incluso aquellas menos que ideales.
En la práctica, el líder no solo debe ser competente, sino también capaz de cultivar un entorno laboral propicio. Este entorno debe inspirar comodidad, motivación y, sobre todo, compromiso.
El líder será quien, en conjunto con sus colaboradores, tome las decisiones que permitan el avance de todos. Asimismo, la forma en que se comunique y relacione con ellos, influirá en su productividad y compromiso.
2. Conforma un equipo con las competencias necesarias
Es fundamental seleccionar al personal para tu equipo de trabajo con cautela. Lo ideal es que la mayor parte del grupo esté familiarizado con las tareas a realizar y tengan algunas características que les ofrezcan en ventajas en el área.
De esta manera, al estar más cómodos con las actividades y objetivos, disminuirán al mínimo los inconvenientes que puedan presentarse durante la gestión de equipos, e incluso, puede que aporten ideas que ayuden a solucionarlos.
3. Capacita a tus colaboradores
La capacitación de tus colaboradores es clave, y no necesariamente debe ser extensa. Lo ideal es, de la mano con Recursos Humanos, proporcionar formación centrada en los temas relevantes para el proyecto. Esta capacitación puede ser impartida a través de charlas, reuniones, presentaciones, entre otros formatos.
La verdadera importancia radica en que todos los participantes adquieran una comprensión completa del entorno en el que trabajarán. Esto les permitirá ejecutar sus tareas con eficiencia y realizar contribuciones valiosas al proyecto.
Asegúrate de que cada miembro tenga el conocimiento necesario para enfrentar los desafíos del proyecto y aportar de manera significativa a su éxito.
4. Asignación estratégica de tareas
La asignación de tareas no debe dejarse al azar; es un proceso fundamental que requiere un análisis detenido. No solo se trata de evaluar la dificultad o el tiempo de ejecución, sino también de seleccionar al responsable adecuado para cada tarea.
A razón de que cada colaborador tiene sus propias fortalezas y debilidades, se le deben asignar tareas acordes a ello. Por ejemplo, a una persona tímida, puede que encargarle conversar con los clientes, no sea la mejor idea.
5. Establece objetivos
Establecer objetivos permitirá que todo el grupo gire en torno a ellos y trabaje en pro de alcanzarlos. En ese sentido, lo ideal es tener un objetivo principal que sea la meta final, y varios objetivos más pequeños que te permitan identificar las necesidades del proyecto, crear tareas acordes a ellas y hacer una gestión de recursos idónea.
6. Involúcrate
La mejor manera de hacer una buena gestión de equipos de trabajo, es entender sus necesidades, y para ello, debes involucrarte con cada integrante.
Escuchar sus propuestas, ideas, puntos de vista y, de ser posible, preocuparse su bienestar personal, conseguirá que valoren el liderazgo empresarial y crean en él como parte importante de su trabajo y no como un conjunto de instrucciones.
En ese sentido, una excelente idea es realizar reuniones o encuentros en donde cada colaborador comparta su opinión o experiencia. Incluso, si se trata de un grupo muy grande, pueden reunirse en equipos de liderazgo más pequeños.
¿Qué hace un gestor de equipos?
Entre las funciones más destacadas, podemos mencionar las siguientes:
- Liderar: Debe ser el guía, indicar el proceso a seguir y formar parte del mismo.
- Promover la comunicación: Además de expresarse asertivamente, crea canales de comunicación óptimos y fomenta la comunicación fluida de los integrantes hacia él.
- Aumentar la cohesión: Idea estrategias que estrechen la relación entre todos y premien el compañerismo.
- Identificar habilidades: Reconoce las habilidades de cada colaborador y le asigna un rol acorde a las mismas.
- Motivar: Mantiene una buena actitud e incentiva lo mismo en sus colaboradores. Los motiva constantemente con palabras y acciones.
6 consejos para la gestión de equipos
Para la gestión de equipos comerciales o de cualquier otro tipo, te recomendamos tener en cuenta los siguientes consejos:
- Cuando existan inconvenientes, el enfoque debe estar en la resolución de problemas, no en encontrar culpables.
- Si como líder cometes un error, debes reconocerlo abiertamente.
- Escucha lo que tus colaboradores tienen para decir, sobre todo si no se sienten cómodos con alguna tarea.
- Reconoce los logros. El equipo debe conocer su responsabilidad con los objetivos, pero también debe sentirse valorado cuando los alcanza.
- Emplea estrategias para motivar a tu equipo. Puedes hacerlo a través de un sistema de recompensas, una mejora en los beneficios, oportunidades de desarrollo profesional y personal, entre otros.
- Asegúrate de crear un ambiente de trabajo positivo, en el que el talento humano se sienta satisfecho y feliz de estar presente.
¡Fortalece tu liderazgo!
En definitiva, un buen liderazgo y gestión son dos actividades que, juntas, proporcionan un entorno en el que los colaboradores pueden sentirse seguros, cómodos, y alcanzar el desarrollo de equipos de alto rendimiento.
Por supuesto, como líderes, también es indispensable optar por herramientas de gestión que puedan agilizar el trabajo para sí mismos y para los colaboradores. Para que, de esta manera, la gestión se enfoque en aprovechar su tiempo y esfuerzos en el desarrollo de sus proyectos y no en la ejecución de tareas repetitivas.
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