La educación continua hace referencia a los estudios orientados a profesionales o personas con experiencia laboral que desean incrementar sus conocimientos y habilidades en el rubro en que se desempeñan. En el campo de la contabilidad, los cursos y talleres son una excelente opción, especialmente si inicias tu negocio contable.
Muchos contadores experimentados recomiendan los cursos como recurso para mejorar el perfil laboral, reforzar conceptos y crecer profesionalmente, pero también para aplicar en otros ámbitos los conocimientos y habilidades adquiridas.
La oferta de cursos de contabilidad es bastante amplia. El Colegio de Contadores de Chile, el SII, instituciones privadas y hasta proveedores de software son parte de las entidades que facilitan capacitaciones en la materia.
En consecuencia, el programa a elegir dependerá de las expectativas y objetivos que tengas frente a tu desarrollo profesional.
¿Qué conocimientos deseas adquirir? ¿A qué puesto laboral deseas llegar? ¿Qué brechas de habilidades deseas disminuir? Estas son algunas de las preguntas que puedes responderte para establecer dichos objetivos.
Por ahora puedes tener en cuenta las siguientes consideraciones:
Área laboral en que te desempeñas: si te gusta el sector de la contabilidad en que trabajas (tributaria, auditoría, administrativa, etc.), lo más recomendable es que sigas esa línea. La experiencia laboral en conjunto con la capacitación te permitirá destacar frente a otros profesionales y posicionarte como uno de los mejores en determinado campo. Por otro lado, si quieres comenzar a tantear terreno en otra área, los cursos de capacitación te permiten abordar temáticas específicas para aventurarte hacia nuevos terrenos.
Nivel de experiencia previa: el curso a elegir debe responder a tu nivel de experiencia y conocimientos. Si llevas años trabajando en el área, tal vez un curso de contabilidad básica no te venga muy bien y un curso sobre implementación de las NIIF se ajuste más a tus necesidades.
Conocer el contenido de los programas a los que deseas postular: antes de optar por determinado curso, asegúrate de que los aspectos que aborden respondan a tus expectativas y objetivos de formación.
Reputación del ente capacitador: Si es una institución pública o una empresa privada, la reputación y experiencia son elementos que debes considerar, ya que pueden dar cuenta de la calidad de un programa de capacitación.
Recuerda que la oferta es amplia y que hay tantos cursos como puedas imaginar. Por ejemplo, están los de contabilidad administrativa, preparación y elaboración de balances contables, NIC y NIIF, Operación Renta, Reforma tributaria, elaboración de Inventarios y Gestión de Declaraciones, solo por nombrar algunos de los más importantes.
Por lo demás, es necesario que evalúes los costos del curso y las habilidades contables más demandadas en el mercado laboral. Así tomarás una decisión ajustada a tu capacidad económica y con certeza de adquirir conocimientos que realmente te servirán.
Aprender siempre genera empoderamiento y satisfacción personal, pues el conocimiento es un tesoro valioso que nunca perderás. Sin embargo, al hablar de beneficios tangibles, te podemos comentar los siguientes:
Entre más preparación tengas, más atractivo será tu CV y mayores posibilidades tendrás de crecer profesionalmente.
Esto te permitirá estar a la vanguardia del sector y responder eficientemente a las necesidades de los clientes.
La formación continua es lo que diferencia a un profesional del otro, especialmente en el ámbito de la contabilidad, donde las metodologías y marcos regulatorios son sumamente dinámicos.
Entre más habilidades y conocimientos poseas, mayores servicios podrás agregar a tu portafolio. Eso, por supuesto, deriva en un incremento de los ingresos.
En resumen, al capacitarte constantemente aumentas tus conocimientos, mejoras tu perfil profesional y amplías tu portafolio de servicios.
Por fortuna, en el mercado existe una variada gama de cursos para que escojas el que mejor se ajusta a tus necesidades, siempre en función de las expectativas, el área en que te desempeñas, tu experiencia, el contenido de cada programa y la reputación del capacitador.
No Olvides que el mercado laboral cambia constantemente en todas las industrias y que el trabajador que no logre adaptarse, lamentablemente podría quedar estancado.