Si eres independiente, emprendedor o trabajas con una pyme, entender cómo funciona el ahorro en APV puede marcar una gran diferencia en tu planificación financiera

¿Por qué hablar de ahorro?

Cuando pensamos en ahorro para la vejez, muchas veces lo abordamos como algo lejano o abstracto. “Ya veré eso más adelante”, nos decimos.

Pero si queremos llegar a la jubilación con un colchón sólido en vez de depender solo de la pensión convencional, es bueno comenzar con antelación. Para eso está pensado el APV: no reemplaza a lo obligatorio, pero sí te da una vía para ganar terreno extra.

Estos temas previsionales no son solo para grandes patrimonios, sino para cualquiera que mire con responsabilidad su futuro. Por eso el ahorro previsional voluntario merece atención.

¿Qué es el APV?

El Ahorro Previsional Voluntario (APV) es una herramienta diseñada para ayudarte a mejorar tu futura pensión. En palabras simples, es un sistema que te permite el ahorro voluntario de forma adicional a las cotizaciones obligatorias que haces en tu AFP.

La idea es que puedas ir acumulando un fondo extra que complemente tu jubilación, y lo mejor es que el Estado te incentiva a hacerlo mediante beneficios tributarios.

Es decir, no solo ahorras para el futuro, sino que además puedes pagar menos impuesto a la renta hoy o recibir una bonificación directa según el régimen que elijas.

El sistema previsional chileno está viviendo una etapa de transformaciones importantes, y entenderlas te puede ayudar a tomar mejores decisiones sobre tu ahorro.

Si quieres conocer las principales novedades, te recomiendo leer el artículo Lo que debes saber sobre la Reforma de Pensiones 2025, donde explicamos de manera simple los cambios que podrían impactar tu futura jubilación

¿Quiénes pueden abrir un APV?

El APV está disponible tanto para trabajadores dependientes como para independientes que estén cotizando en el sistema de pensiones chileno.

Técnicamente, el APV se puede contratar en distintas instituciones: AFP, bancos, corredoras de bolsa, compañías de seguros o administradoras de fondos mutuos. Tú decides dónde y cuánto aportar, y esos montos se invierten para generar rentabilidad en el tiempo.

Por ejemplo, si trabajas de manera dependiente, puedes pedir que el aporte se descuente directamente de tu sueldo. Y si eres independiente, puedes hacerlo tú mismo a través de transferencias o depósitos periódicos.

En resumen, el APV es una forma flexible y ventajosa de construir una mejor jubilación, aprovechando beneficios que hoy existen justamente para premiar a quienes piensan a largo plazo

¿Cómo funciona el APV en Chile?

El APV funciona como un complemento a tus cotizaciones obligatorias. Cada mes puedes destinar un monto extra (el que tú elijas) para invertirlo en una institución autorizada.

Ese dinero se acumula en una cuenta especial, se invierte según el tipo de fondo que elijas, y con el tiempo genera rentabilidad.

El sistema ofrece dos grandes regímenes tributarios, y cada uno tiene sus características:

Régimen A: bonificación estatal

Si eliges este régimen, el Estado te premia con una bonificación del 15 % sobre lo que ahorres cada año, con un tope de 6 Unidades Tributarias Mensuales (UTM).

Por ejemplo, si aportas cerca de $400.000 en el año, podrías recibir una bonificación aproximada de $60.000 adicionales. Este monto se deposita directamente en tu cuenta de APV, ayudando a que tu fondo crezca más rápido.

Régimen B: rebaja de base imponible

En este caso, tus aportes al APV se restan de la base imponible de tu sueldo, lo que reduce los impuestos que pagas actualmente. Si tienes ingresos medios o altos, el beneficio puede ser aún más significativo.

Ambos regímenes buscan lo mismo: incentivar que planifiques tu jubilación, pero el camino para lograrlo cambia según tu perfil.

¿Cuál régimen conviene más?

Eso dependerá de tus ingresos, cuánto quieras aportar, tu tasa tributaria y tus plazos. Ejemplo:

  • Si tus ingresos son más bajos o buscas un beneficio directo, el régimen A puede convenirte más.
  • Si estás en un tramo tributario más alto o prefieres reducir tus impuestos hoy, el régimen B suele ser mejor opción.

Y aunque el APV tiene un objetivo previsional, también puedes hacer retiros anticipados en algunos casos, aunque pierdas parte del beneficio tributario. Por eso es importante elegir bien el régimen y entender las condiciones antes de decidir.

En resumen, el APV en Chile funciona como una alianza entre tú, tu institución financiera y el Estado: tú aportas, tu fondo crece y el Estado te premia por hacerlo.

Dato: El crecimiento del APV ha sido notorio durante los últimos años. Según la Asociación de Fondos Mutuos de Chile, a enero de 2025, el patrimonio total administrado en APV por la industria de fondos mutuos alcanzó los $4.310 mil millones de pesos (Asociación de Fondos Mutuos, 2025).

Ventajas del APV

Si todavía te preguntas por qué vale la pena ahorrar en APV, la respuesta corta es: porque te ayuda a pagar menos impuestos y a tener una mejor pensión. Pero además, ofrece una serie de beneficios prácticos que lo convierten en una de las herramientas financieras más atractivas del sistema previsional chileno.

1. Ahorro con beneficios tributarios

El principal atractivo del APV es su ventaja fiscal. Pocas veces el Estado te premia directamente por ahorrar, y este es uno de esos casos. 

Como ya vimos anteriormente, en el Régimen A recibes una bonificación del 15 % sobre lo que ahorres, depositada directamente en tu cuenta de APV; mientra que en el Régimen B, puedes rebajar tus aportes de la base imponible y pagar menos impuestos hoy. 

Ambas opciones te ayudan a optimizar tu carga tributaria y a aprovechar mejor tus ingresos.

Si te interesa entender más sobre los distintos beneficios tributarios, puedes visitar el artículo "Beneficios tributarios en Chile".

2. Flexibilidad total

A diferencia de la cotización obligatoria, el APV es voluntario y completamente flexible. 

Puedes decidir:

  • Cuánto ahorrar.
  • Cuándo hacerlo.
  • En qué tipo de fondo invertir.

Esto lo convierte en una herramienta adaptable tanto para empleados dependientes como para independientes o emprendedores.

Si un mes puedes aportar más, perfecto. Si el siguiente necesitas pausar, también puedes hacerlo sin problemas.

3. Rentabilidad a largo plazo

El dinero del APV se invierte en fondos con distintos niveles de riesgo y retorno. Si eliges un fondo con renta variable, el potencial de rentabilidad es mayor, aunque también hay más volatilidad; mientras que los fondos conservadores ofrecen estabilidad, pero con menor crecimiento.

Según datos de la Superintendencia de Pensiones, algunos fondos APV en Chile obtuvieron rentabilidades reales que rondan el 16 % anual a septiembre 2025 para los fondos más riesgosos, una cifra que demuestra su potencial de crecimiento en el largo plazo (Superintendencia de Pensiones, 2025).

4. Comodidad digital

Hoy puedes abrir y gestionar tu APV completamente online. Ya no necesitas papeleo ni visitas presenciales: basta con unos clics para comparar instituciones, revisar comisiones y hacer tus depósitos desde tu celular.

Y si tienes una pyme o manejas remuneraciones, también puedes aprovechar la tecnología a tu favor.

💬 Con el software de remuneraciones de Nubox, por ejemplo, puedes generar automáticamente el archivo Previred para las cotizaciones previsionales y cumplir con tus obligaciones de forma rápida y sin errores. Así mantienes tu gestión laboral al día, mientras te enfocas en hacer crecer tu negocio.

Puedes revisar este artículo para saber ¿Qué puedes pagar en Previred Chile?

5. Un impulso real a tu pensión

Cada peso que aportas hoy es un peso (más su rentabilidad) que tendrás disponible mañana. Y como el tiempo juega a favor del interés compuesto, mientras antes empieces, más crece tu fondo.

En otras palabras, el APV no solo mejora tu pensión, sino que también puede servirte para adelantar tu jubilación o darte un margen de tranquilidad financiera en el futuro.

Cómo empezar a ahorrar en APV paso a paso

Aquí te dejamos una guía práctica para hacerlo:

1. Elige dónde invertir

El APV no se contrata solo en las AFP. Puedes hacerlo también en bancos, corredoras de bolsa, aseguradoras o administradoras de fondos mutuos. Cada institución ofrece distintas comisiones, tipos de fondos y beneficios adicionales.

2. Escoge tu régimen tributario

Como ya vimos, existen dos opciones principales:

  • Régimen A: obtienes una bonificación estatal del 15 % (hasta 6 UTM al año).
  • Régimen B: rebajas tus aportes de la base imponible, lo que reduce tus impuestos actuales.
    Si no estás seguro de cuál te conviene, puedes hacer una simulación con tu renta anual o consultar a un asesor previsional. Incluso puedes usar ambos, combinando estrategias.

3. Fija un monto mensual

No necesitas empezar con grandes cifras. Lo importante es crear el hábito. Puedes partir con un monto que no afecte tu presupuesto (por ejemplo, el 5 % de tu sueldo) e ir ajustándolo con el tiempo.

4. Elige tu fondo

Cada institución ofrece distintos tipos de fondos: desde los más conservadores (con bajo riesgo y menor rentabilidad) hasta los más agresivos (mayor riesgo, pero también más potencial de ganancia).

Tu elección debería depender de tu edad, tolerancia al riesgo y horizonte de tiempo. Si te quedan muchos años para jubilar, podrías asumir más riesgo; si estás cerca del retiro, conviene moverte hacia opciones más estables.

5. Revisa y ajusta cada cierto tiempo

Tu situación financiera puede cambiar con los años: subes de tramo tributario, cambias de empleo, te haces independiente, etc. Por eso es importante revisar tu estrategia APV al menos una vez al año.
Puedes evaluar:

  • Si el régimen que elegiste sigue siendo el más conveniente.
  • Si tu fondo ha tenido buena rentabilidad.
  • Si conviene aumentar o pausar tus aportes temporalmente.

6. Sé paciente

El APV no es un ahorro de corto plazo. Los resultados más significativos se ven con el tiempo. Gracias al interés compuesto, los aportes que hagas hoy se multiplican de manera exponencial en el futuro.

Preguntas frecuentes sobre ahorro en APV

¿Qué pasa con mi APV si cambio de trabajo?

Nada se pierde. Tu cuenta de APV sigue siendo tuya y permanece activa en la institución donde la abriste. Si lo deseas, puedes continuar haciendo aportes como independiente o transferir tu fondo a otra entidad.

¿Qué pasa si necesito retirar mi APV antes de jubilarme?

Sí puedes hacerlo, pero dependiendo del régimen, podrías perder parte de los beneficios tributarios o pagar impuestos por el retiro. Por eso se recomienda usarlo como ahorro de largo plazo.

¿El APV tiene costos o comisiones?

Sí. Cada institución cobra una comisión por administración o por depósito. Estas tarifas varían y pueden afectar tu rentabilidad final, por lo que conviene compararlas antes de contratar.

¿Los rendimientos del APV están garantizados?

No. Como todo instrumento de inversión, el APV está sujeto a las variaciones del mercado. Sin embargo, puedes elegir fondos más conservadores o diversificados para reducir el riesgo según tu edad y horizonte de inversión.