Determinar de forma precisa la rentabilidad del negocio que emprendiste meses o años atrás es posible si aplicas los métodos y procesos adecuados.
En general, se trata de cálculos, análisis y principios que te permitirán conocer realmente qué tan viable ha sido tu proyecto de negocios y cuál es su realidad financiera y competitiva.Entonces, ¿te gustaría conocer algunas de las mejores prácticas para determinar la rentabilidad de este? Si tu respuesta es “sí”, ¡sigue leyendo hasta el final!
¿Qué es la rentabilidad a ciencia cierta? ¿Es un sinónimo de ganancias?
Uno de los parámetros claves para estimar el desempeño financiero de todo negocio o gestión empresarial es la rentabilidad.
Aunque muchas personas se refieren a la rentabilidad y las ganancias como si fueran lo mismo, en realidad son diferentes.
Es como decir que los limones y las sandías saben y se ven igual. Fíjate en estas diferencias claves en los dos conceptos:
Para cuando empezamos con un emprendimiento, el obtener ganancias puede indicarnos que vamos por buen camino.
Sin embargo, la rentabilidad es el primer propósito de cualquier empresa o Pyme que quiera prosperar a largo plazo.
En pocas palabras, sin rentabilidad, ninguna empresa puede sostenerse. Al final, quebrará, aunque tenga algo de ganancias.
Decimos que un negocio es rentable si tiene, a grandes rasgos, estos elementos:
¿Qué parámetros podemos usar para medir la rentabilidad?
Existen varias herramientas. Estas incluyen sacar cuentas sobre los índices de rentabilidad, analizar el equilibrio de la empresa y determinar el rendimiento de las inversiones y los activos.
A continuación, te explicaremos lo que necesitas saber para efectuar análisis de rentabilidad y qué fórmulas claves te ayudarán a calcular qué tan rentable está siendo tu negocio.
Algunos emprendedores cometen el error de solo tomar en cuenta la inversión inicial que realizaron para poner en marcha sus proyectos de negocio. Una vez que han recuperado este dinero, dan por sentado que sus empresas son rentables y que, en consecuencia, no es necesario recortar gastos o llevar a cabo otras acciones drásticas.
Sin embargo, la realidad es que determinar la rentabilidad del negocio va más allá de este simple análisis. Entre otras cosas, es importante definir cuánto se ha invertido en la empresa, más allá del monto inicial.
Por ejemplo, puede que en los últimos meses hayas tomado dinero de las ganancias —o incluso de tu propio bolsillo— para adquirir computadores y otros equipos informáticos para tu empresa.
Gastos como este deberían sumarse al monto total e histórico de inversión que al ser comparado con el global de las ganancias, te permitirá saber —de manera efectiva— si tu empresa brinda dividendos y qué tan elevados son estos.
De acuerdo a Entrepreneur.com, del total de las PyMEs que emergen cada año a nivel mundial, tan solo el 20% llega a una década de trayectoria y, entre los factores que hacen que muchos de estos emprendimientos desmayen en el camino, destaca el de la sensación de que "no hay que rendirle cuentas a nadie".
Es por eso que —en algunas ocasiones— los emprendedores no registran sus gastos, sobre todo los variables, por lo cual no conocen cuál es la estructura real de costos de sus negocios.
Esto puede generar una falsa percepción de rentabilidad, debido a que el porcentaje de ganancia estimado es mayor al obtenido realmente.
Aunque parecen menores, gastos como la adquisición de insumos de impresión, la compra de comida a cargo del negocio, los arreglos estéticos y el pago de servicios eventuales de limpieza, representan una carga financiera para tu empresa, razón por la cual no puedes pasarlos por debajo de la mesa.
Así como no puedes olvidarte de incluir todo tipo de operaciones pequeñas en tus partidas mensuales de gastos, recuerda comparar el total con el nivel de ganancias promedio. De esta manera podrás saber qué tan saludable está tu empresa desde el punto de vista financiero.
Asimismo, recuerda que restar todos los gastos del dinero generado por medio de las ventas es clave para disminuir las tasas y montos de impuestos anuales.
Como te habrás dado cuenta para aplicar algunos de estos métodos es necesario tener acceso a la información de interés sobre tu empresa, por lo cual resulta una muy buena idea que inviertas en la implementación de un software de mercado.
Existen plantillas con formatos amigables que pueden facilitarte estas tareas de cálculos para empresas y gestión de tu negocio. Puedes descargar las plantillas en este enlace y comenzarlas a usar hoy mismo para hacer crecer la rentabilidad de tu empresa sin tantas complicaciones.
Además de brindarte la oportunidad de emitir Documentos Tributarios Electrónicos (DTE), esta clase de soluciones tecnológicas centralizarán, clasificarán y ordenarán los datos y la documentación que surge a raíz de las operaciones de tu negocio.
Gracias a esto, las revisiones y evaluaciones históricas serán tareas que te tomarán unos pocos minutos, al igual que la revisión de cifras y valores de diferentes variables contables y financieras. Genial, ¿cierto?
La rentabilidad del negocio también depende de su margen de crecimiento y de la posibilidad de expandirse de manera sustentable.
Tomando en cuenta esto, es importante que te enfoques en medir el rendimiento sobre el patrimonio, un indicador que popularmente es conocido como ROE (Return on Equity). Como su nombre lo refleja, se trata de una métrica que determina la rentabilidad de una compañía con respecto a su patrimonio real.
Para calcularla, primero debes restar deudas y gastos pendientes de tu empresa del valor total de sus activos —bienes, dinero líquido, valor de marca, entre otros— para obtener el resultado referente al patrimonio real.
El siguiente paso es determinar la utilidad —preferiblemente anual— correspondiente a las ganancias netas que obtuviste producto de la actividad empresarial.
Luego, tendrás que dividir el patrimonio entre las utilidades y, finalmente, multiplicar el resultado por 100 para determinar la rentabilidad de la empresa.
Por ejemplo, si las utilidades son de $4.000.000 y el patrimonio de $60.000.000, obtendrás como resultado de la división entre ambos 0,06, lo que al ser multiplicado por 100 da 6,6. En resumidas cuentas, esto significa que el ROE es de 6,6% o —lo que es lo mismo— que tu empresa utiliza el 6,6% de su patrimonio para generar ganancias anualmente.
¿Este porcentaje es bueno o malo? La realidad es que no se puede dar una respuesta concluyente sobre ello, pues existen muchas otras variables que determinan la valoración del ROE, como la situación actual del segmento de mercado, las proyecciones de la empresa y su tiempo en el mercado.
Lo que sí es una certeza es que siempre se puede incrementar la rentabilidad del negocio, en especial si esta no llega al 10%.
Analizar el equilibrio de tu negocio te permitirá poner la lupa directamente en la relación entre los costos de tu producto, los ingresos que obtienes y el volumen de las ventas.
Saber exactamente cuál es el punto de equilibrio de tu empresa es muy favorable para conocer si tienes ganancias o tienes pérdidas. Al establecer las ganancias, podrás saber cuál es tu nivel de reservas en las situaciones en las que se reducen los ingresos.
Para hacer el análisis de equilibrio para las ventas debes tener a mano los datos de los gastos fijos y los gastos variables.
Los gastos fijos son aquellos que debes pagar siempre y que se mantienen invariables. No tienen relación con el volumen de ventas mes tras mes. Aquí debes incluir los arrendamientos, pago de salarios, gastos operativos, etc.
Los gastos variables cambian de acuerdo al nivel de las ventas. Si tu volumen de ventas es mayor, estos gastos suben y si ocurre lo contrario, bajan. Contemplan factores como las comisiones al personal de ventas, el costo por bienes vendidos o los beneficios salariales a largo plazo.
Lo siguiente es tener el monto de tus ventas. Ahora, para hallar el punto de equilibrio suma los gastos fijos y los gastos variables. Una manera de ilustrarlo fácil es así:
Punto de equilibrio para las ventas = gastos fijos + gastos variables (establecidos como porcentaje de las ventas)
Todo lo que esté por encima de ese punto de equilibrio, son las ganancias.
Esta fórmula es muy genérica, aunque puede darte una idea de cuál es tu punto de equilibrio para las ventas y en qué te puedes basar al estimar los ingresos netos que deseas.
Además de la rentabilidad de los activos, y que ya vimos cuando te explicamos el ROE, hay otra métrica de finanzas que te ayudará y te llevará a ahorrar tiempo en una PyME.
Se trata del ROI (Return On Investment). Este permite establecer qué tan eficiente es la inversión en tu empresa.
Este es uno de los principios financieros para medir el desempeño, pues contrasta la utilidad lograda frente a la inversión efectuada. Compara la inversión y los costos de acuerdo con sus alcances y el momento.
El ROI se aplica a toda actividad, proyecto o iniciativa empresarial, ya sea grande o pequeña, siempre que implique alguna escala de inversión.
Puede abarcar desde qué rendimientos esperar al hacer crecer una sección de la empresa en el ramo de la transformación digital o cuánto valió la pena invertir en publicidad, en la organización de un evento o en la compra de un inmueble o acciones.
¿Cómo se calcula el ROI? Puedes obtener el porcentaje de ROI usando una de las siguientes fórmulas ¡Claro! Todo depende de qué hace tu empresa, la magnitud de la inversión, cómo quieres que se expresen los datos, etc.
Veamos la primera fórmula:
Otra manera es esta:
Hay quienes lo simplifican aún más así:
Imaginemos que tu empresa tuvo una ganancia de $200.000 al invertir $20.000. Tomando la última fórmula, nos daría 900%. Esto quiere decir que tu retorno fue de 900% y que la inversión fue positiva.
Una forma de entender mejor qué ocurre con tu empresa y cómo puedes aumentar la rentabilidad del negocio es manteniéndote activo en las capacitaciones en tu sector. Puedes echar un vistazo a las estadísticas del Minecom, por ejemplo, para que veas que no estás solo en este camino.
Mantente al día con las noticias, guías y capacitaciones que puedes encontrar gratuitamente en portales web como el del Servicios de Impuestos (SII). Allí podrás conocer mucho más sobre temas como las facturas electrónicas, las ventajas de las firmas electrónicas y cómo llevar una contabilidad sustentable y transparente.
¡Eso es todo! Ahora ya sabes de qué manera puedes calcular la rentabilidad de un negocio y, por consiguiente, conocer su realidad financiera y capacidad competitiva.
Como ves, para aplicar algunos de estos métodos es necesario tener acceso a la información de interés sobre tu empresa, por lo cual resulta una muy buena idea que inviertas en la implementación de un software de mercado.
Además de brindarte la oportunidad de emitir Documentos Tributarios Electrónicos (DTE), esta clase de soluciones tecnológicas centralizarán, clasificarán y ordenarán los datos y la documentación que surge a raíz de las operaciones de tu negocio.
Gracias a esto, las revisiones y evaluaciones históricas serán tareas que te tomarán unos pocos minutos, al igual que la revisión de cifras y valores de diferentes variables contables y financieras. Genial, ¿cierto?