En ocasiones, los emprendedores y dueños de empresas pueden encontrarse frente a interrogantes de cómo realizar ciertas acciones que parecen sencillas, pero no lo son: por ejemplo, las remuneraciones para sí mismos.

¿Cómo pagarle al dueño, socio o accionista de una empresa? ¿Mediante un sueldo o la repartición de dividendos al final del ejercicio? Independiente del cómo, resulta importante entender ciertos aspectos.

Normalmente, estas decisiones son de gestión interna para llevar un mejor control del reparto de beneficios, en especial cuando hay más de un socio involucrado. No obstante, este es un punto fundamental que debe estar claro desde el inicio.

Por supuesto, esta retribución es una manera de valorar el trabajo y el tiempo que una persona invierte en el negocio para lograr su crecimiento, comprendiendo —a la vez— que también afecta los verdaderos resultados de la empresa.

¿Cómo hacer el pago de remuneraciones al dueño, socio o accionista de un negocio? ¡Ahora mismo te lo contamos!

¿Cómo efectuar el pago de remuneraciones al accionista, socio o dueño de una empresa?

Las remuneraciones corresponden a la retribución pagada a un trabajador por la labor desempeñada en una empresa —durante un periodo determinado de tiempo— y son un aspecto de gran importancia para todos los negocios.

Existen dos formas que pueden ser empleadas para efectuar el pago a un accionista, socio o dueño de una empresa:

  1. Salario.
  2. Dividendos.

A veces, los dueños o accionistas de un negocio no le dan suficiente estimación al hecho de recibir una retribución por el tiempo que han invertido en el mismo, ni que se valore lo que han hecho por lograr que las operaciones marchen de forma adecuada.

Sin embargo, como señalamos en la introducción, es esencial definir desde el inicio cuáles serán los roles de cada uno —dueño, socio o accionista— para determinar de qué manera será retribuido su trabajo.

Por ejemplo, si uno de los dueños o accionistas se encargará de gerenciar la empresa es necesario establecer un sueldo por las responsabilidades que esta posición involucra y, que al mismo tiempo, pueda cobrar sus dividendos al finalizar el ejercicio. Realmente, todo depende de los acuerdos que puedan existir cuando hay más de un accionista involucrado.

A continuación, vamos a ver algunas características del salario y los dividendos.

 

 

¿Qué conviene más: salario o dividendos?

Al momento de decidir lo mejor para la empresa, primero hay que considerar cuáles pueden ser las ventajas de cada una de estas alternativas, tanto para los accionistas como para el negocio.

Los dividendos consisten en el pago realizado al cierre del año fiscal de acuerdo a los resultados de la empresa:

  • si hay ganancias, cada uno recibe su remuneración según el porcentaje de su participación individual;

  • si no las hay, y el resultado es negativo, entonces no se realiza ningún tipo de reparto para los socios o accionistas.

En efecto, la obtención de beneficios económicos al formar parte de una sociedad es más común que se maneje de esta manera. Ahora bien, el problema radica cuando uno o varios de estos socios —o el dueño— trabajan directamente en la empresa: en ese caso es recomendable fijar un salario mensual para retribuir el esfuerzo.

También, si alguno de los otros socios trabaja, pero por menor cantidad de tiempo, se puede fijar un salario. La decisión sobre el pago de remuneraciones dependerá de los acuerdos que haya entre las partes y las obligaciones que se repartan respectivamente. No obstante, en la ley existen algunas restricciones en cuanto al tratamiento tributario de los sueldos y salarios de los accionistas o socios.

 

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Salario: ¿Qué se debe considerar?

Según la nueva Ley de Modernización Tributaria, a partir de 2020 se aplicaron algunos cambios en cuanto a la manera en que se clasificarán las remuneraciones de los dueños o socios de una empresa para que estas se puedan considerar como gasto, modificando específicamente el artículo 31 n°6 del Impuesto sobre la Renta.

A su vez, esta ley indica que no se considerará como trabajador dependiente a esta figura, por lo que el dueño o socio de la empresa no podrá aparecer en la nómina ni obtener beneficios como asignaciones por movilización, alimentación, gratificación legal, entre otros.

Por otra parte, el monto del pago debe ser “razonable” de acuerdo a la situación general de la empresa y el socio o accionista debe verdaderamente trabajar en la misma, situación que deberá comprobarse para establecer la existencia de una relación laboral directa.

Asimismo, debe considerarse que normalmente el dueño, socio o accionista no es del todo dependiente si tiene poder de decisión, de administración o un porcentaje mayoritario en el negocio.

Cabe destacar que al tener un salario establecido, este también permite cotizaciones en los sistemas previsionales, tanto para las pensiones como la salud. Esta acción debe realizarse de manera independiente y no como parte de la nómina de la empresa.

¿Qué es el sueldo empresarial?

Dividendos: ¿Beneficios?

A diferencia del sueldo, los dividendos son repartidos una vez al año después de conocer los resultados de la empresa —como lo vimos anteriormente— y pueden representar una mayor proporción de acuerdo a los ingresos que puedan haberse obtenido en el periodo establecido.

No obstante, esta alternativa posee los siguientes riesgos:

  • cuando el resultado al cierre del ejercicio contable es negativo, no se pueden repartir los dividendos;

  • la existencia de muchos accionistas que tienen un porcentaje en la empresa.

Aún así, esto debe ser considerado como una inversión que puede generar grandes ganancias al final. Por este motivo, todo va a depender de las decisiones tomadas inicialmente, ya sea que existan varios accionistas o que haya un único dueño en la empresa.

¡Llegamos al final! Sin duda, el tema de las remuneraciones a dueños, socios o accionistas suele ser complejo: en este sentido, el elemento principal a considerar es la situación de la empresa, las obligaciones que cada persona cumplirá en su rol y el valor del tiempo que está invirtiendo la misma para lograr el crecimiento del negocio.

Por último, recuerda que lo más importante es tratar de tomar la mejor decisión teniendo presente las necesidades y objetivos de un negocio para ver cómo podría —a la vez— beneficiarse.

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