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¿Cómo beneficia a una empresa la cesión de facturas?

Nicole Feliu

Escrito por Nicole Feliu

Soy Ingeniera Comercial egresada de la Universidad Adolfo Ibáñez; Desarrollé además un Master en Marketing en esa misma casa de estudio y actualmente soy Head de Alianzas e Integraciones Nubox.

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Fuentes de financiamiento para empresas Todas en este Ebook

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El factoring es una solución financiera consistente en ceder a un tercero el crédito contenido en documentos como facturas, cheques y títulos valor, a cambio del pago inmediato de su monto total menos una comisión (costo de financiamiento). Entonces, ¿Cuáles son los beneficios del factoring y la cesión de facturas?

Aunque se encuentra plenamente reglamentado desde el 2004 mediante la Ley 19.983, es en los últimos años donde ha cogido gran fuerza y se ha convertido en una práctica habitual en el mundo corporativo, especialmente entre las medianas y pequeñas empresas.

Tal fenómeno es de lo más lógico si se tiene en cuenta que el pago por adelantado de las facturas con fechas de cobro a 30, 60 y 90 días, beneficia notablemente a ciertas empresas (especialmente pymes) que no pueden darse el lujo de esperar tanto tiempo para convertir sus ventas en dinero en efectivo y necesitan así acceder a una fuente de financiamiento rápido.

Mejora la liquidez de la empresa y garantiza la continuidad de las operaciones

El plazo promedio de pago de las facturas transadas en Chile es de 59 días; tiempo bastante largo para las empresas que no cuentan con una buena solidez económica.

Aunque dichos documentos son activos, este aplazamiento se traduce en la imposibilidad de contar con recursos líquidos (efectivo) para hacer frente oportunamente a diversas obligaciones, como la compra de insumos y el pago de nómina, deudas, servicios, etc.

Una situación que, a la larga, puede profundizar las crisis o llevar al cierre del negocio por falta de capital de trabajo. 

En este contexto, el factoring es la respuesta a dicho problema. A diferencia del crédito tradicional, este producto financiero se respalda con un documento, no se fija en la solvencia de la empresa y no entra a realizar complejos estudios crediticios.

En otras palabras, el factoraje es mucho más rápido y de fácil acceso que otras soluciones de financiamiento. Además, pese a que la operación tiene un valor porcentual al precio total de la factura, garantiza la liquidez para seguir operando con normalidad y cubrir las diferentes obligaciones. 

De esta forma, la cesión de facturas permite convertir automáticamente un activo (en formato digital o papel) en capital de trabajo. 

Sin duda, este punto es el más relevante al hablar de cómo beneficia a una empresa la cesión de facturas, especialmente si se tiene en cuenta que la falta de liquidez y el limitado acceso a la financiación son uno de los principales problemas de las pymes en Chile.  

Aumento de las ventas e ingresos

Conceder crédito aumenta las ventas de manera directa e indirecta. Por un lado, proporciona la posibilidad de expandir las líneas de financiación y captar más compradores ofreciendo diversas facilidades de pago.

Por el otro, incita a los clientes a gastar más, los hace menos sensibles al precio y facilita la construcción de relaciones fuertes enfocadas a la fidelización. 

Sin embargo, esas ventas a crédito resultan benéficas para el flujo de caja siempre que se conviertan en efectivo lo antes posible. Es ahí donde la cesión de facturas se hace importante, permitiendo ampliar las líneas de financiación sin comprometer la liquidez de la empresa y la continuidad de las operaciones. 

Algo importante al ampliar las líneas de financiación y respaldar la estrategia mediante la cesión de facturas, es evaluar la posibilidad de aumentar el precio de los productos o servicios en un porcentaje que justifique los gastos de factoraje e incluso el tiempo invertido en la toma de decisiones de crédito. De esa manera no se compromete el margen de utilidades, y el negocio sigue siendo rentable. 

Libera a la empresa de la cobranza de facturas

Al ceder las facturas a una empresa de factoraje, la empresa se desliga de esta tarea y puede dedicar su tiempo a labores más importantes y enfocadas a la potenciación del negocio en todos sus frentes. Es como si se contratará un servicio de cobranza, sólo que se adquiere el dinero por adelantado para garantizar la liquidez de la empresa. 

Sin embargo, no es recomendable enviar a factoring todas las cuentas por cobrar. Hay que recordar que el proceso tiene un costo que, en cierta forma, deja de ser un ingreso para convertirse en un gasto. Esto reduce notablemente las utilidades y las proyecciones de crecimiento.

El factoraje hay que verlo como una solución a problemas de liquidez inmediatos. Por eso es necesario determinar la cantidad de facturas que se pueden ceder cada semana o mes atendiendo a las necesidades específicas del negocio. Así se administran con mayor precisión las ventas y recursos de cada cuenta. 

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En el mediano plazo, mejora el acceso al crédito tradicional

Los estudios develan que a los emprendimientos y pymes les resulta muy difícil el acceso a la banca. Una de las razones de esta situación tiene que ver con el análisis crediticio que deben hacer los bancos antes de conceder un crédito.

En gran parte de los casos, los resultados no favorecen a las pequeñas y medianas empresas porque su contabilidad es deficiente (no refleja la situación real de la empresa) o su solvencia económica no es la mejor y deja prever que tendrán dificultades para pagar las cuotas mensuales. 

Por lo mismo, el factoring se constituye en una forma de aumentar la calificación crediticia y las posibilidades de acceder a un préstamo tradicional, logrando mantener las operaciones de una pyme con normalidad durante un tiempo prudente, antes de acudir a un banco en busca de un préstamo más grande.

De esta manera se genera antigüedad y se construyen relaciones fuertes con los clientes; factores que, sumados a la liquidez y el volumen aceptable de ventas, son sinónimo de buena salud financiera y solvencia económica para afrontar obligaciones crediticias.  

Como se ve, el factoring beneficia a las empresas en múltiples sentidos. Pero hay que administrarlo de manera inteligente para evitar que esos recursos anticipados se gasten de mala manera y no sean utilizados para cubrir todas las obligaciones dentro de un periodo de tiempo determinado.

Además, lo ideal es trabajar en estrategias que, en el mediano plazo, le permitan a la empresa prescindir de él y de otras soluciones de financiamiento que no estén destinadas a la ejecución de proyectos de mayor envergadura que garantizar la liquidez. 

 

¿Cómo se hace el factoring de una factura electrónica?

En las “Normas y procedimientos de la Factura Mérito Ejecutivo”, se resume la normatividad que regula el factoring en Chile. En ésta se establece que el SII cuenta con un Registro de Cesión de Créditos, en el que se incorporan todas las Facturas Electrónicas cuyo crédito se quiere ceder. 

La incorporación se realiza en el sitio web del SII, en la sección “Registro Electrónico de Cesión de Créditos”. Dicho trámite es un poco complejo y exige el ingreso de un volumen considerable de información sobre la cesión y el documento cedido. 

En el mercado hay algunos software de facturación electrónica cuentan con un módulo especializado en factoring, que mediante distintas funcionalidades optimizan el proceso. Todo es cuestión de emitir la factura y llenar algunas casillas referentes al factoraje.

El sistema se encargará de elaborar y enviar el Archivo Electrónico de Cesión (AEC), con toda la información requerida por el SII. 

Luego de lo anterior la factura electrónica figurará en el Registro Electrónico de Cesión de Créditos, junto con el número de Envío y el estado del mismo ante el SII. Es decir que estará lista para enviarla al cesionario, es decir la compañía especializada en factoring.

Ésta desembolsará el dinero una vez haya recibido el documento, pues la firma digital evita todos los procesos de verificación de autenticidad.

Para finalizar, vale la pena recordar que el servicio de factoring debe contratarse con una compañía de reconocida reputación y que entregue confianza. Además, hay que evaluar detenidamente el contrato para evitar situaciones negativas, especialmente en lo relacionado a la responsabilidad de las partes en caso del que el cliente no pague la factura. 

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