Esta ley apunta a dar certeza jurídica, mejorar la eficiencia pública y facilitar la inversión sin sacrificar estándares regulatorios, y las empresas deberán adaptarse a nuevos procedimientos, plazos máximos y plataformas digitales.

¿Por qué es importante la Ley Marco de Autorizaciones Sectoriales?

Para quienes lideran empresas, están en áreas administrativas o contables, o gestionan proyectos de inversión, la denominada “permisología” es un dolor recurrente: múltiples permisos sectoriales (“autorizaciones sectoriales”) dispersos en distintos servicios públicos, con plazos indefinidos, duplicidades y trámites secuenciales. Esto genera incertidumbre, costos y demoras.

Con la publicación de la Ley Marco de Autorizaciones Sectoriales, Chile da un paso decisivo para enfrentar ese problema estructural.

Con esta normativa, los procesos de permisos estarán sujetos a reglas comunes, plazos máximos obligatorios, plataformas digitales únicas y mecanismos alternativos para autorizaciones de bajo riesgo.

El Ministerio de Economía espera que los tiempos para sacar permisos se reduzcan de forma importante: entre un 30% y 70% en general, y hasta un 50% en proyectos estratégicos.

Esto será posible gracias a la tramitación en paralelo, el uso de mecanismos más simples, la ventanilla digital única y una institucionalidad renovada.

En palabras simples, lo que antes se hacía paso a paso y con largas esperas, ahora podrá resolverse de manera simultánea, acelerando mucho el camino para las empresas y emprendedores.

Qué es la Ley Marco de Autorizaciones Sectoriales (LMAS)

¿Qué entiende la ley por “autorización sectorial”?

Según la Ley 21.770, una “autorización sectorial” corresponde a un acto administrativo decisorio y terminal, otorgado por un órgano sectorial, que es exigido de forma previa para poder llevar adelante un proyecto sujeto a regulación (lo que se conoce como “límite regulatorio”).

Objetivo central

La LMAS busca establecer un marco general que coordine, estandarice y ponga límites procesales a los permisos sectoriales. Del mismo modo, pretende otorgar mayor certeza a los titulares de proyectos, mejorar la productividad y reducir la carga regulatoria innecesaria, sin debilitar los estándares ambientales ni técnicos vigentes.

Principales novedades y mejoras

A continuación, los cambios más relevantes que la ley introduce:

1. Reducción de plazos y obligación de cumplimiento

Se fijan plazos máximos obligatorios de resolución para las solicitudes de autorizaciones sectoriales. También se introduce el mecanismo del silencio administrativo en favor del solicitante cuando el órgano no responde en plazo.

2. Tramitación paralela y eliminación de secuencialidad

Antes, muchas autorizaciones requerían tramitarse en cadena (una después de otra). La LMAS permite que distintos permisos puedan tramitarse en paralelo, lo que reduce esperas acumuladas.

3. Técnicas habilitantes alternativas (THA)

Para actividades de bajo riesgo regulatorio, se podrán usar mecanismos más ligeros: aviso, declaración jurada u otros formatos simplificados en vez de exigir autorización previa formal. Esto acelera proyectos sencillos.

4. Plataforma digital única (SUPER) e institucionalidad

Se crea el Sistema de Información Unificado de Permisos Sectoriales (SUPER), plataforma digital que centraliza las solicitudes, seguimiento y gestión de permisos sectoriales.

También se define institucionalidad nueva: oficinas especializadas, mecanismos de coordinación entre ministerios y servicios, y estándares mínimos comunes para los procedimientos sectoriales.

Si quieres profundizar en el tema de centralizar procesos internos en tu empresa, revisa este artículo sobre los beneficios de centralizar tu gestión de clientes, proveedores y facturas.

5. Clasificación de autorizaciones

Para dar más claridad, la norma clasificará las autorizaciones sectoriales en tipologías (por ejemplo: localización, funcionamiento, profesional/servicio, proyecto, administración/disposición). Esa clasificación servirá para aplicar reglas procedimentales diferenciadas.

6. Exclusiones y límites explícitos

El articulado incluye disposiciones para dejar claramente qué materias no están sujetas a la LMAS, de modo de evitar que permisos no regulados queden inadvertidamente obligados a estos nuevos procesos.

Como parte de la puesta en marcha de este nuevo marco legal, se creará la Oficina de Autorizaciones Sectoriales, encargada de supervisar y modernizar la gestión de permisos en los servicios públicos.

Además, se habilitará una línea de denuncias anónimas, pensada para que personas y empresas puedan reportar retrasos injustificados, reforzando así la transparencia y la confianza en el sistema.

Beneficios esperados para empresas y emprendimientos

Para emprendedores, pymes o gestores de inversiones, los beneficios más tangibles serían:

  • Mayor certeza de tiempos: si un permiso debe resolverse en 60 días y eso no ocurre, aplica el silencio administrativo, evitando esperas indefinidas.
  • Menos costos “ocultos” de espera: reducción de plazos se traduce en menor capital parado y menores costos financieros.
  • Agilidad para proyectos de menor escala: gracias a técnicas habilitantes alternativas, muchos trámites simples podrán ejecutarse con menor burocracia.
  • Mayor transparencia y trazabilidad: usar una plataforma única permite ver en qué estado está cada trámite, evitar redundancias y mejorar la planificación interna de los proyectos.
  • Reducción de duplicidades entre autorizaciones sectoriales y permisos ambientales: la ley regula que no haya duplicación de exigencias si ya fueron examinadas en evaluaciones ambientales.
  • Incentivo para la inversión: al disminuir la incertidumbre regulatoria y acelerar los plazos, el entorno se vuelve más atractivo para nuevos emprendimientos.

Qué hacer como empresa (o profesional del área administrativa/contable)

Para sacar ventaja de esta nueva normativa y evitar sorpresas, estas acciones son recomendables:

  • Auditar permisos existentes: revisar qué autorizaciones sectoriales tiene tu proyecto actualmente, en qué estado están y si serán migrables al nuevo sistema.
  • Mapear procesos internos: incorporar al flujo de trabajo de proyectos los plazos máximos y los nuevos mecanismos (THA, tramitar en paralelo, etc.).
  • Capacitar al equipo: el personal técnico, legal, administrativo y contable debe conocer la nueva ley, sus plazos, formularios y obligaciones.
  • Vigilar procesos de reglamentación: estar pendientes de los reglamentos, decretos y guías que acompañen la aplicación.
  • Adoptar herramientas digitales: familiarizarse con el sistema SUPER (o cualquier plataforma que el Estado determine), y digitalizar documentación para agilizar trámites.
  • Buscar asesoría especializada: en muchos casos convendrá acompañarse de abogados reguladores o consultores para identificar riesgos normativos o estrategias de mitigación.

Modernización empresarial: el complemento necesario a la Ley 21.770

La modernización que impulsa la Ley 21.770 no solo afecta la manera en que el Estado gestiona los permisos, sino que también plantea un desafío para las empresas: dar un salto en su propia gestión interna.

No basta con que los trámites públicos se vuelvan más ágiles si puertas adentro seguimos trabajando con procesos manuales, planillas dispersas o información poco integrada.

En ese sentido, contar con herramientas digitales como Nubox marca la diferencia. Al centralizar la contabilidad, la facturación y la administración en un solo sistema, las empresas pueden responder con mayor rapidez a los cambios normativos, proyectar sus flujos financieros con seguridad y reducir errores que muchas veces generan costos innecesarios.

Además, disponer de reportes en tiempo real permite a gerentes y equipos contables anticipar decisiones clave y aprovechar al máximo la certeza que ofrece este nuevo marco regulatorio.

En definitiva, así como el Estado avanza hacia un sistema más simple y transparente, es el momento ideal para que las empresas también se modernicen y fortalezcan su gestión interna con soluciones tecnológicas que las preparen para crecer en un entorno más competitivo.

Conclusión

La Ley Marco de Autorizaciones Sectoriales es una reforma ambiciosa y necesaria para Chile, con potencial real para modernizar los procesos de permisos, reducir plazos, traer mayor certeza y promover inversión en emprendimientos y empresas.

No es una solución mágica, ya que parte de su éxito dependerá de la reglamentación, coordinación institucional y recursos disponibles, pero sin duda marca un antes y un después en el marco regulatorio chileno.

Para propietarios, gerentes, administradores y contadores, esta ley es un llamado a anticiparse: adaptarse, informarse y preparar sus proyectos de inversión y permisos pendientes para el nuevo sistema.