Conocidas en español como habilidades blandas, las soft skills son competencias que, por lo general, no aprendemos mediante instancias formales de capacitación.
Estas habilidades se vinculan estrechamente a nuestra personalidad, por lo cual tienden a ser innatas. A pesar de esta connotación, pueden desarrollarse y optimizarse a lo largo de la vida.
Como este proceso suele ser más complejo que el relacionado con la obtención de competencias técnicas, es interesante que las organizaciones definan el perfil de colaborador ideal antes de iniciar una dinámica de contratación.
¿Te interesa conocer más sobre las habilidades blandas?
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Las habilidades blandas son competencias inherentes a la personalidad y a las experiencias de cada individuo. Por lo cual, en un primer momento, las personas pueden expresarlas en mayor o menor nivel y trabajarlas a lo largo de la vida.
Las soft skills son habilidades perennes, potencialmente desarrollables y varían mucho entre los individuos. Pero, al final, ¿en qué difieren de las habilidades duras o técnicas?
Las hard skills consisten en competencias técnicas o académicas que aprendemos frecuentando cursos regulares. Así, la principal diferencia entre ambas skills es que las técnicas son más fáciles de aprenderse, pues basta con realizar cursos y capacitaciones.
Asimismo, las habilidades técnicas pueden medirse y evaluarse con mayor exactitud, ya sea mediante la realización de pruebas como aportando certificaciones y diplomas.
Por otro lado, las habilidades blandas son difíciles de medir en un primer contacto de un individuo con la empresa. De hecho, son más perceptibles durante la actuación del profesional en el negocio.
Contratar personas con soft skills que se ajusten a la cultura corporativa y sean relevantes para su buen desempeño proporciona numerosas ventajas estratégicas para la organización.
En 2019, un estudio realizado por LinkedIn señaló que el 91% de los profesionales de reclutamiento y Recursos Humanos cree que las habilidades blandas son muy importantes para la continuidad y el éxito corporativo.
En 2022, corroboramos esta perspectiva observando el estudio realizado por el líder global en noticias de negocios CNBC. Según el informe, el 93% de los empleadores desean obtener información sobre las soft skills de los candidatos solo con echarle un vistazo a su curriculum.
Acorde con este último informe, algunas de las habilidades blandas más relevantes para las organizaciones son:
Pero, ¿qué podemos esperar del futuro en cuanto a habilidades blandas?
De acuerdo con el último reporte de McKinsey, para el 2030 se espera que se incremente en un 24% la cantidad de horas en la que usamos las habilidades sociales y emocionales.
Considerando este último informe, debemos añadir a la lista de soft skills más relevante al pensamiento emprendedor, iniciativa, liderazgo y empatía.
Bajo una perspectiva holística, estas competencias son sumamente útiles para promover la correcta actuación y el buen desempeño de los equipos de trabajo.
Echando una mirada más profunda, encontramos que las habilidades blandas proporcionan los siguientes puntos positivos para las organizaciones:
De este modo, queda fácil entender por qué debemos priorizar el desarrollo de las habilidades blandas.
Además de implicar una mejora en los vínculos internos, son esenciales para garantizar que la empresa cuente con representantes a la altura que impacten y encanten a los consumidores.
En las siguientes líneas, encontrarás 4 consejos muy valiosos para desarrollar las habilidades blandas de los colaboradores y así, ayudarlos a alcanzar puestos más prometedores en la organización.
Agendar una reunión con un colaborador para ofrecer un feedback acerca de la calidad y eficiencia de su trabajo configura una medida acertada por varios motivos.
En primer lugar, el individuo puede conocer sus debilidades y fortalezas bajo la perspectiva de su líder. Esto permite que amplíe su visión sobre cuestiones de desempeño, rendimiento y productividad.
Luego, los feedbacks abren espacio para que las personas expongan su punto de vista y aporten datos valiosos sobre su campo de actuación.
Además de añadir valor a la toma de decisiones de sus líderes, esta información puede abarcar aspectos interesantes sobre las habilidades blandas de otros colaboradores.
Por último, los procesos de retroalimentación son valiosos para ajustar el comportamiento y el desempeño de los funcionarios a las perspectivas de la empresa.
Recompensar a los individuos que alimentan un perfil comportamental alineado con las soft skills implícitas en la cultura corporativa, consiste en una medida inteligente.
Inclusive, recomendamos que observes a los colaboradores que, luego de un feedback constructivo, modifican su conducta incorporando tus recomendaciones. ¡Estos merecen toda tu atención!
Mediante esta postura, indican que saben escuchar, quieren desarrollar nuevas competencias y crecer en el negocio. ¡Ayúdales brindando apoyo y recomendaciones útiles!
Las personas proactivas y listas para posicionarse y actuar tan pronto como se las necesitan marcan la diferencia en las organizaciones.
Cuando delegas tareas, incentivas a que los profesionales asuman riesgos calculados y abres espacio para que pongan en marcha sus propias soluciones, tiendes a aumentar su autoconfianza y seguridad en su trabajo.
Por consiguiente, las personas se sienten más cómodas para comunicarse, trabajar en equipo, convertirse en líderes e incrementar o desarrollar sus habilidades blandas.
Asumir nuevas responsabilidades es una buena manera de ejercitar habilidades poco explotadas bajo la dinámica actual.
Por ejemplo, si estimulas que un profesional lidere una reunión, este tendrá que escuchar a los integrantes, moderar discusiones, resolver imprevistos, quitar dudas, entre otras actividades relacionadas con la función.
Arriesgarse en nuevos proyectos e involucrarse en tareas desafiantes son excelentes maneras de poner a prueba el conocimiento de los colaboradores, así como fomentar el desarrollo de competencias que no aplica diariamente.
Como ves, las habilidades blandas son un conjunto de competencias esenciales para promover el buen funcionamiento y la integración de los equipos de trabajo.
A través del desarrollo de competencias como liderazgo, comunicación, empatía, pensamiento emprendedor y perspectiva analítica, las organizaciones pueden alcanzar niveles más elevados de productividad y competitividad en el mercado.
¡Ten en cuenta nuestros tips para optimizar las habilidades blandas de tus colaboradores!
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