Realizar contratos laborales conforme a lo estipulado en la ley es fundamental para la empresa. En primer lugar, porque es el documento mediante el cual se formaliza la relación laboral y se definen los derechos y obligaciones tanto del empleador como del dependiente. ¿Y un contrato para practicantes?
Además, no hacerlo puede acarrear demandas y sanciones pecuniarias, como la multa a beneficio fiscal de una a cinco unidades tributarias mensuales establecida en el inciso 2 del artículo 9 del Código del Trabajo.Ahora bien, respecto a los contratos para practicantes, los jóvenes están cada día más atentos a sus derechos y cuando van a prestar un servicio, aunque sea bajo esta modalidad, exigen condiciones claras y legítimas. ¡En este artículo te explicamos cómo hacer un contrato para practicantes y así puedas cumplir con lo que establece la ley! ¡Sigue leyendo!
De acuerdo con el Dictamen 3581/186 del 29 de octubre de 2002, “la figura del estudiante en práctica no se encuentra regida por la legislación laboral. En consecuencia, no da origen a un contrato de trabajo y tampoco existe norma alguna que limite su aplicación”.
En ese mismo sentido, el inciso 3 del artículo 8 del Código del Trabajo, establece que no darán origen al contrato de trabajo individual los servicios prestados por “un alumno o egresado de una institución de educación superior o de la enseñanza media técnico-profesional, durante un tiempo determinado, a fin de dar cumplimiento al requisito de práctica profesional”.
Esta disposición se fundamenta en el hecho de que en la práctica profesional no se configura el vínculo de subordinación y dependencia ni se pagan remuneraciones, elementos fundamentales para poder suscribir un contrato individual de trabajo. En esta, el estudiante responde a los lineamientos y orientaciones del establecimiento educativo.
En consecuencia, para formalizar la prestación del servicio no tienes que suscribir un contrato de trabajo con el estudiante, sino que se recomienda firmar un “convenio de práctica profesional” con la institución académica, en el que se describan claramente las funciones que desempeñará el alumno y el tiempo que ocupará en la práctica.
Al respecto, debes tener presente que el Dictamen N°1983/100 de 28 de marzo de 1995, señala que el concepto de práctica profesional debe entenderse en sentido amplio: “Como el ejercicio de cualquier arte o facultad, conforme a sus reglas realizado por cierto tiempo para que los estudiantes se habiliten y puedan practicar los actos propios de su profesión”
Por supuesto, para acreditar la necesidad de la práctica profesional debes exigirle al alumno el respectivo certificado que la acredite y la duración de esta, emitido por la institución educativa donde estudia.
Según lo dispuesto en el mismo inciso 3 del artículo 8 del Código del Trabajo, la empresa debe proporcionarles a los estudiantes en práctica profesional la colación y la movilización o, en su defecto, una asignación en dinero que compense tales beneficios. Esta, por supuesto, no constituirá remuneración para efecto legal alguno.
Además, el Dictamen 0859/008, de 22.02.13, establece que “resulta procedente que los Inspectores del Trabajo puedan sancionar con la multa establecida en el inciso 6° del artículo 76 de la Ley N° 16.744, a la empresa en la cual labora un estudiante en práctica, que sufre un accidente grave, de comprobarse que no se le proporcionó los elementos de protección personal adecuados al riesgo a que se exponía”. Por lo tanto, también debes asignarle al alumno toda la indumentaria de protección personal para desarrollar sus respectivas labores.
No es extraño que algunas empresas abusen de los practicantes al asignarles funciones diferentes a las convenidas o exigirles más tiempo del necesario para desarrollar la práctica.
Esto es algo que debes evitar a toda costa en tu negocio, ya que puede dañar seriamente tu marca de empleador e incluso generar conflictos jurídicos que deriven en sanciones y multas.
Acógete a las cláusulas establecidas en el convenio de práctica profesional: funciones, horas diarias, horas totales, entre otras.
De todas formas, las prácticas son un excelente mecanismo para captar talento, ya que, aunque les faltan conocimientos y experiencia, la mayoría poseen disposición para aprender y muchas ganas de insertarse en el mundo laboral y desarrollarse profesionalmente. Esa es una de las razones por las que uno de cada cinco estudiantes se queda trabajando en la empresa en la cual realizó su práctica.
Para finalizar, cabe señalar que si en algún momento los estudiantes empiezan a ser dependientes o subordinados de la empresa, pierden la naturaleza de practicantes profesionales. Por lo tanto, tendrás que suscribir los respectivos contratos de trabajo con remuneraciones acorde a las funciones que desempeñarán.