Aparte de los efectos en la salud mental que ha producido la pandemia, los contadores o muchos de nosotros nos enfrentamos a una situación que nos va a pasar la cuenta psicológicamente. Acá una reflexión sobre #SinContadoresNoHayRenta
Llevamos más de un año preparándonos con la Modernización tributaria y la infinidad de cambios que trae, nos hemos enfrentado a plazos leoninos, además de atrasos injustificables por parte del SII en la publicación de normativas esenciales para nuestro trabajo.
Fuimos pacientes, entendimos y seguimos adelante, trabajando horas y horas para implementar los cambios que han salido uno tras otro en materia laboral, tributaria e incluso financiera producto de la pandemia.
Nos dijeron que no somos esenciales e incluso que ya no éramos necesario. Que las pymes se podrían “ahorrar” el contador y, ¿Qué hicimos? Seguimos preparándonos, estudiando, adelantando trabajo para la próxima Operación Renta que se acercaba a pasos agigantados. En paralelo, seguíamos con nuestro trabajo cotidiano de remuneraciones, IVA y un laaaargo etc.
Hasta que llegó marzo y, junto con él, las declaraciones juradas que eran esenciales para el proceso AT 2021. El Servicio mediante sus resoluciones nos prometía maravillosos asistentes, que prácticamente nos darían las rentas listas e incluso poder presentarlas en algunos casos antes de abril.
¿Qué sucedió en la práctica? Página caída, horas para ingresar información que se deberían haber realizado en cosa de minutos, códigos que no pasaban, validaciones erróneas que iban en contra de las instrucciones del Servicio e incluso de la ley.
Los clientes nos presionan por los plazos y los sistemas del SII no nos dejan cumplir. No pedimos privilegios, ni beneficios, solo algo tan mínimo como poder cumplir con nuestro trabajo en condiciones adecuadas.
Quien no sea contador o no se haya enfrentado a esta situación, va a pensar que exageramos, pero las semanas casi sin dormir, el estrés producido y el tiempo que dejamos de compartir con nuestros seres queridos, solo nosotros lo conocemos.
Y si ahora no damos a conocer nuestra opinión, esto no va a parar, ya que además la Dirección del Trabajo viene anunciando cada vez más fuerte sus cambios en materia de digitalización, que es de esperar no remate la poca salud mental que nos queda.
Es hora de valorar nuestro trabajo y sacrificio. De hacer ver que, si el Estado recauda en la Operación Renta recursos esenciales para el funcionamiento del país, es producto de nuestra labor, pero que no se puede si es la misma autoridad tributaria quien perjudica y entorpece nuestro trabajo.
Debemos decir fuerte que #SinContadoresNoHayRenta