La NIC 36 actualizada es la norma internacional que establece las pautas para contabilizar el deterioro de activo entendido como las mermas en los importes de los bienes de un ente económico.
En su párrafo 1 se establece que, si el valor de un activo se encuentra contabilizado por encima de su importe recuperable, está deteriorado. Por consiguiente, según el párrafo 60, la entidad económica debe reconocer la pérdida en el estado de resultados del período. La organización debe prestar especial atención a las señales o indicios de detrimento de un bien.
¿Cuándo hay que hacer una evaluación de indicios de deterioro de activos?
El párrafo 9 señala que, al cierre del balance, la entidad debe evaluar si existen señales o indicios de deterioro de activos. De encontrarlos, tiene que estimar el importe recuperable del bien.
¿Qué señales se deben considerar?
Para identificar las mermas de valor y determinar la pérdida por deterioro acumulado de activos fijos, intangibles y demás bienes ubicados dentro del alcance de la norma, tienes que prestar atención a los siguientes indicios reseñados claramente en el párrafo 12 de la norma:
• Señales observables de que el valor del activo se ha reducido más allá de lo esperado por el paso del tiempo o de su uso.
• La entidad enfrentó o enfrentará cambios adversos y significativos, de orden legal, tecnológico o de mercado que puedan incidir sobre el valor del activo.
• Las tasas de interés de mercado padecieron incrementos que pueden afectar la tasa de descuento empleada para calcular el valor en uso o el presente del bien.
• El valor en libros de los activos netos del ente económico es más alto que el de su capitalización bursátil.
• El bien padeció cambios desfavorables en la forma en que se usa o que se espera ser usado.
• Reportes internos que señalan que el rendimiento económico del bien es o será menor de lo esperado.
• Las inversiones en subsidiarias, negocio conjunto o asociadas, se encuentra evidencia de que el valor en libros de la inversión es más alto que el importe en los estados financieros consolidados de los activos netos del ente económico en que se tiene la inversión.
Para un entendimiento mayor de las señales, considera lo siguiente como un ejemplo de deterioro de activos fijos:
La máquina adquirida por una empresa X por importe de 380 millones de pesos, con una vida útil de 7 años, que a los 24 meses sufre una devaluación más allá de la esperada (depreciación lineal) producto de la aparición de una nueva tecnología más eficaz y que no está generando un 10% menos de la producción proyectada.
¿Y cómo responder cuando existan indicios de deterioro?
Si encuentras señales de deterioro debes proceder a estimar el importe recuperable del bien. Esto con el fin de cumplir con las regulaciones de las NIIF y garantizar la transparencia ante los stakeholders y entes de control. Por supuesto, también tienes que reconocer en la contabilidad la pérdida por deterioro acumulado de activos fijos, intangibles y los demás que identifiques.
Al respecto, la NIC 36 actualizada define el importe recuperable de un activo o una UGE como “el mayor entre su valor razonable menos los costes de disposición y el valor de uso. No siempre es necesario estimar ambos importes, porque si cualquiera de ellos excede el valor en libros del activo no existe deterioro”.
Sin embargo, según el Módulo 27 de las NIIF para Pymes, “la presencia de indicadores de deterioro del valor no siempre conducirá al reconocimiento de una pérdida por deterioro (gasto). Por ejemplo, si bien un aumento en las tasas de interés puede ser un indicador útil, puede que no derive en el deterioro del valor si la tasa de rendimiento del activo de una entidad no es afectada por el cambio en las tasas de mercado”
¿Se puede definir un control interno?
El monitoreo de indicios de deterioro de activos es un factor de gestión clave para administrar de forma más eficiente los bienes y lograr la transparencia.
Implementar y diseñar políticas, procedimientos, guías y criterios de control interno resulta fundamental para identificar probables deterioros de activos antes de que se presenten y generar las respectivas alertas, todo con el fin de tomar las acciones necesarias para revertir el hecho o disminuir su impacto.
Volviendo al ejemplo de deterioro de activos fijos, un buen control interno habría ayudado a identificar oportunamente la drástica devaluación o las mermas en el rendimiento productivo, dándole a la gerencia la posibilidad de tomar acciones correctivas (como la venta de la máquina) antes de que sufriera una merma de valor tan alta.