Una factura con IVA es un documento tributario con un impuesto directo al consumo, en el cual el Servicio de Impuestos Internos (SII) funge como agente retenedor. En todas las compras que realizas pagas el costo del producto y un porcentaje lo percibe el vendedor para luego enviarlo al fisco.
Cada vez que compras alimentos, ropa, calzado, equipos electrónicos, juguetes, entre otros, pagas IVA. Casi todos los productos y servicios tienen este impuesto en su precio total y es uno de los más importantes en Chile. Representa el 50,4% de la recaudación anual y el 40% del presupuesto del Estado.
Solo unos pocos rubros, como los servicios ambulatorios de salud, se consideran como exento de IVA. No obstante, de igual forma el prestador de servicio debe emitir comprobantes, conocidos como facturas exentas.
El IVA no es un tributo exclusivo de Chile, la realidad es que lo aplican casi todos los países. La tasa mundial ronda el 15% y en Latinoamérica está por debajo de dicha cifra, ya que la suma alcanza el 8,5%.
Pero en Chile, la tasa equivale al 19% del valor del producto o servicio y pocos sectores económicos están exentos de cancelarlo.
Si realizas operaciones comerciales, independientemente de si forman parte de las actividades exentas o no, necesitas saber todo sobre la factura con retención de IVA.
Desde el 1° de enero de 2023 entró en vigencia la Ley 21420 en la que se establecen modificaciones en la prestación de servicios afectos al IVA.
En Chile se declara a través del Formulario 29 ante el Servicio de Impuestos Internos (SII) y lo presentan:
Son 60 tipos de actividades económicas que deben cancelar ese impuesto ante el SII. Entre ellas se encuentran:
En la normativa se expresa que todas las prestaciones de servicio deben pagar IVA y solo quedan exentos de este impuesto:
El SII describe el IVA como el Impuesto a las Ventas y Servicios y se clasifica en el grupo de los impuestos indirectos.
Grava sobre bienes y servicios relacionados con empresas comerciales, mineras, industriales, muebles e inmuebles, entre otras.
Aunque se genera en cada etapa de la comercialización, es el consumidor final quien paga el IVA y pese a que el comprador lo cancela, la declaración le corresponde al comerciante.
Por ejemplo, supongamos que eres el dueño de una empresa inmobiliaria y en un mes tienes un ingreso de 3 millones de pesos. De ese total 19% debe ser declarado al SII, porque corresponde al IVA.
El pago, por ley, debe realizarse mensual y vence el día 12 del mes siguiente en el que se genera el impuesto.
La tasa vigente para una factura con retención de IVA es de 19%. El cálculo es simple, siempre puedes ayudarte con un software para llevar las finanzas de tu empresa que te permita hacer el ajuste de forma inmediata.
Se calcula de la siguiente manera: Si el valor del producto o servicio es de 500 pesos chilenos, debes agregar 19% adicional. Entonces, la fórmula es 500*0.19= 95. En la factura con IVA, el total de la compra será de 519 pesos chilenos.
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Es un impuesto indirecto, porque se aplica a los productos, bienes y servicios que consumen los ciudadanos. Esto significa que el Estado solo lo cobra al momento de la compra y no afecta el patrimonio de los contribuyentes.
También es un impuesto de retención, porque el comerciante lo conserva hasta el momento en que le corresponde rendir declaración al fisco. Dicho de otra manera, el vendedor es un intermediario entre el comprador y el Estado.
Además de ser un impuesto directo y de retención, al IVA se le considera un impuesto regresivo, ya que la tarifa que se paga y la capacidad económica del contribuyente no están relacionadas. Se trata de un porcentaje fijo que se aplica a todos por igual.
En este país, el IVA lo paga el consumidor final y los comerciantes al momento de comprar la mercancía. De esta manera, el Estado controla la recaudación de dicho impuesto y evita las evasiones fiscales.
Entonces, el comerciante cancela el impuesto y posteriormente lo hace, también, el consumidor final. Luego el vendedor declara ante el fisco y recibe el reembolso, que es a lo que se le denomina crédito fiscal.
Para comprobar que el trámite se hace de la manera correcta, es imprescindible llevar un control a través de facturas y boletas electrónicas que no deben representar un problema si tu marca forma parte de la digitalización empresarial. Estas permiten tener un registro y un aval de que se realizó el cobro del impuesto.
El pago del gravamen se realiza a través de las declaraciones mensuales F29 y F50 y hay dos formas de hacerlo:
En este proceso, es de gran valor que cuentes con un software de gestión para sistematizar y automatizar la emisión de la factura con IVA, lo cual además facilita retener en IVA, así como tus funciones en general como sujeto de impuesto que puede beneficiarse por créditos fiscales y remanentes.
Para las pequeñas y medianas empresas, declarar y pagar impuestos no tiene que ser un dolor de cabeza. Hoy, existen herramientas que te permiten gestionar y controlar las finanzas de la empresa de forma efectiva, al igual que emitir facturas de compra de forma práctica y sencilla.
Estos sistemas incluso te permitirán rectificar facturas que ya hayas emitido, como hacer cambio de sujeto o actualización de montos, entre otras posibilidades que permite la ley chilena y las actualizaciones tributarias en el Diario Oficial.
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