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Factura y documento electrónico como título ejecutivo

Francisco Lucero

Escrito por Francisco Lucero

Magister en Dirección Tributaria, Contador Auditor, Autor del libro "Razonabilidad del capital propio tributario, Conductor del Podcast "Hablan Los Que Cuentan".

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¿Has escuchado sobre la factura electrónica título ejecutivo? Es un término que hace referencia a la validez y peso legal de este comprobante, exigido y aceptado por el Servicio de Impuestos Internos (SII).

Las facturas son una parte clave del mundo del comercio. Son tanto un requisito legal para llevar al día la contabilidad de una entidad como una herramienta práctica para facilitar dicha tarea.

El proceso de facturación ha evolucionado conforme llegan las nuevas tecnologías, facilitando cada vez más la producción de documentos. Hemos ido desde las facturas manuscritas, pasando por la imprenta, hasta la actualidad, donde la digitalización empresarial nos ha llevado a usar facturas electrónicas, que nos ahorran el uso de papel y tinta, así como añaden mucha versatilidad y comodidad.

Así como ha avanzado la forma en que se producen facturas, la legislación en torno a ellas no se ha quedado atrás. Después de todo, un documento con tanta importancia debe tener de respaldo una ley actualizada y que cubra todos los matices necesarios.

En este artículo, repasaremos qué son las facturas como título valor y qué estatus legal tienen las facturas electrónicas.

¿Qué es una factura electrónica?

Una factura electrónica es una variante de la factura convencional que, a diferencia de su contraparte física, se encuentra en formato digital, sin que esto afecte la calidad de título. La factura regula la transferencia y otorga mérito legal a las transacciones de bienes y servicios, resultando un comprobante valioso tanto para la persona que recibe como para el emisor de la factura.

Esta se genera, edita, expide y conserva electrónicamente. Se pueden producir copias en físico del archivo en cuestión, los cuales tienen valor representativo del documento digital.

Estas facturas suelen ser generadas mediante softwares de facturación y gestión, los cuales son usados por compañías para facilitar el proceso de facturación y registro de datos (entre otras cosas).

Las facturas electrónicas cuentan con un estatus legal distinto según el sitio donde nos encontremos. A grandes rasgos, tienen el mismo valor como título que un documento en papel, pero suelen conllevar pequeños matices que pueden distinguirlas en mayor o menor medida de las facturas físicas.

¿Qué es un título valor?

Cuando hablamos de títulos, en este caso, nos referimos a un documento legal que, según su tipo, puede suponer un derecho de propiedad sobre un bien, así como una obligación que una parte contrae con el dueño de dicho título.

Un título valor (también llamado título de crédito o letra de cambio dependiendo de la región) es, como define BBVA, un documento que contiene un derecho de pago o cobro que pasa de una persona a otra. Es una herramienta indispensable en para el cobro de deudas, ya que muchas de ellas únicamente pueden ser recaudadas con el título en mano.

Los títulos valores cuentan con ciertas características esenciales para cumplir sus funciones. En principio, debe expresar con claridad la cantidad acreditada, las partes involucradas en la transacción, los detalles de la misma y la certificación y legitimación de un ente jurídico pertinente, generalmente un organismo del Estado.

Según el estatuto tributario, un original o copia de factura es válido como título.

¿Qué requisitos debe cumplir la factura electrónica título ejecutivo?

Una factura física puede ser considerada un título valor si cumple con ciertos mandamientos pertinentes a la ley local. Estos pueden variar en cierta medida según el país, pero en líneas generales los requisitos abarcan:

  • Una mención del derecho que incorpora.
  • La firma de quien creó la factura.
  • Una fecha de vencimiento y de recibo de la factura. Si esta última se omite, se entenderá que la deuda ha de pagarse dentro de los 30 días siguientes a la emisión.
  • Estar denominada como una factura de venta.
  • Nombres y apellidos o razón social del vendedor o de quien presta el servicio.
  • Nombres y apellidos o razón social de quien adquiere los bienes o servicios, junto con la discriminación del IVA pagado.
  • Fecha de expedición.
  • Descripción detallada de los artículos vendidos o del servicio prestado.
  • Valor total de la operación.
  • El nombre o razón social del impresor de la factura.
  • Indicar la calidad de retenedor del impuesto sobre las ventas.
  • Firma de las dos partes.

Más allá de esta lista se encuentran los requisitos particulares a cada legislación, generalmente orientados al tipo de identificación jurídica que disponga cada parte y a lo que sea pertinente reportarle al sistema tributario local.

Con respecto a las facturas electrónicas, son varios los países que, adaptándose a los tiempos modernos, han modificado las regulaciones de manera que ciertos documentos emitidos en formato digital tengan la misma validez que sus contrapartes en papel.

En el caso Chile, por ejemplo, en 2014 se reformó la legislación tributaria en materia de facturas para incluir a las electrónicas, "dándoles la misma validez jurídica y legal que las facturas físicas y permitiendo su uso en distintos contextos.".

¿Cuándo se exige factura electrónica como título de valor?

Muchos países exigen hoy que los comercios que generen cierta cantidad de ingresos expidan factura electrónica de venta. Principalmente, por la facilidad que esto supone para registrar los movimientos de la compañía y tenerlos en cuenta a la hora de la recaudación de impuestos.

En Chile, el SII establece (en la previamente citada ley 20.727) el uso obligatorio de factura electrónica, junto a otros documentos tributarios electrónicos como liquidación factura, notas de débito y crédito y factura de compra. A su vez, tanto la empresa como el usuario se les considera tenedor legítimo de este comprobante para efectos fiscales y de juicio ejecutivo. 

Como te habrás dado cuenta, estos comprobantes y la información contenida en en la factura están aquí para quedarse. Son un medio que ha facilitado el trabajo a comerciantes, acreedores y entes tributarios. Y que expedirlas sea tan sencillo como contar con un software especializado para empresas pequeñas y medianas solo ha hecho más sencilla la adaptación a este medio que tanta relevancia tiene hoy en día.

Ahora que sabes todo sobre la facturación electrónica y su importancia, seguramente te vendría bien conocer un software ideal para que tu compañía pueda digitalizarse. Por ello, es un gran momento para que le eches un vistazo a Nubox PyME, un software que puede servirte para todo ello y más.

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