Para un negocio pequeño o uno en fase de expansión, una de las mayores dificultades puede ser la cobranza. A veces, esta área se torna conflictiva, convirtiéndose en la principal preocupación de los emprendedores y encargados.

Cuando no se aplican las estrategias y acciones adecuadas, se generan conflictos con los clientes, el dinero no ingresa a la empresa con la frecuencia esperada y surgen muchos otros desafíos operativos y financieros. Por este motivo, queremos explicarte qué debes hacer para finalmente optimizar las cobranzas.

Principalmente, optimizar la cobranza es una forma de asegurar la liquidez de la empresa y una planificación financiera acertada y saludable.

Aunque generes muchas ventas o pedidos, tu negocio no dispondrá del capital necesario para operar y cumplir con sus responsabilidades hasta que los comprobantes derivados de estas operaciones se transformen en dinero líquido.

Si no se cumple este ciclo, que empieza con la generación de un documento fiscal y finaliza con el pago del monto especificado en el mismo, tu empresa no contará con los recursos necesarios para financiar salarios, reposición de mercancía, arriendos, servicios externos y muchos otros elementos de su estructura de costos.

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