En algún momento, todas las empresas en su gestión empresarial experimentan situaciones difíciles que ponen en riesgo su propia operatividad; y una de las causas más comunes de la desestabilización financiera en una empresa es la mala gestión de liquidez, la cual se obtiene mediante la evaluación errónea del flujo de efectivo. ¿Cómo mantener la liquidez de una empresa?
Mantener un flujo de efectivo a favor es beneficioso para la empresa, pero cuando este es negativo significa que algo no anda bien y, por ende, se generan problemas relacionados con la liquidez.
En este sentido, existen ciertos indicadores que advierten sobre esta situación y que debes tomar en cuenta para prevenir problemas referentes a la gestión de liquidez en tu empresa.
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Uno de los principales indicadores de una liquidez negativa es el exceso de las deudas y gastos obligatorios en comparación con los ingresos, pues esto quiere decir que tu capacidad de pago ha disminuido y, por ende, la empresa no puede cubrir los costos que genera en un determinado periodo.
Adicionalmente, otros factores que causan este problema son la acumulación y el retraso en el cobro de facturas. En el último tiempo, se ha hecho más difícil lograr disminuir esta problemática porque cada día se extienden más los plazos de pago, afectando considerablemente la liquidez de las empresas y en especial de las PyMEs.
Lógicamente, esta situación complica la operatividad del negocio porque este puede llegar a encontrarse frente a un panorama de insolvencia económica. Una mala gestión de liquidez de una empresa no permitirá el desarrollo ni el crecimiento que se espera obtener para generar ganancias.
Por otra parte, está la apreciación de costos muy elevados y ganancias muy reducidas que también pueden alertarte sobre problemas de liquidez. En ciertas ocasiones, los márgenes de ganancias se ven afectados por un aumento en los costos del producto o servicio.
Si tus costos generan una variación significativa, debes evaluar la situación y buscar la razón de esto para tratar de disminuirlos o reajustar los precios. Otro motivo que puede indicar complicaciones con la liquidez es la alta acumulación de stock —particularmente en el caso de actividades de compra y venta— en la empresa.
Si no se lleva un control de la cantidad de productos disponibles para la venta y se genera un almacenamiento excesivo, significa que se ha dispuesto una cantidad de dinero desproporcionada que podría ser utilizada para otros fines.
Estas son solo algunas de las situaciones que muestran cuando tu empresa no tiene una buena salud financiera.
A pesar de las complicaciones que naturalmente puedes enfrentar en tu negocio relacionado con el flujo de caja, puedes aplicar diferentes estrategias para revertir este problema y evitar consecuencias de mayor impacto. Toma nota de estos consejos:
La reducción de los plazos de cobro a tus clientes —especialmente aquellos con periodos de pago superiores a 90 días— es fundamental para generar mayor liquidez.
En este caso, puedes ofrecerles incentivos de pago como descuentos, beneficios o simplemente llegar a acuerdos que permitan agilizar el proceso para lograr una gestión de cobranza exitosa.
Mantener una cantidad reducida de clientes morosos traerá buenos resultados a tu empresa y podrás ir adaptando los cobros con los gastos.
Además, es muy importante realizar seguimientos y estudios constantes de los niveles de morosidad de tus clientes. Para ello, puedes implementar el uso de softwares contables que te permitan organizar la información de cada uno de ellos y así facilitar la cobranza.
Examina y verifica tanto los ingresos como los gastos para distribuirlos de la mejor manera. En este aspecto, puedes realizar proyecciones presupuestarias que reflejen tus objetivos a corto, mediano y largo plazo.
La organización es la clave fundamental para evitar excesos en los egresos de la empresa; a veces, no se toma en cuenta y, como consecuencia, no llevar un control adecuado de los pagos ocasiona malgasto de dinero.
Una buena opción para tu negocio es establecer convenios con tus proveedores, en los cuales tengas la posibilidad de obtener créditos en tus compras o extender los plazos para el cumplimiento de las obligaciones que adquiriste.
De este modo, podrás adaptarte a los tiempos de pago de tus clientes y reducirás los desfases entre la compra y venta del producto o servicio.
Evita endeudamientos excesivos, especialmente los relacionados a préstamos bancarios por la implicancia de posibles intereses.
De vez en cuando, las cantidades que muestra el inventario son superiores a las que realmente se requieren.
Es fundamental planificar qué necesitas, qué tienes y qué no debes seguir adquiriendo. ¿Por qué? Porque el dinero que inviertas en esto puede ser indispensable para cumplir con obligaciones de mayor envergadura.
Conjuntamente, procura mantener actualizados tus costos para poder ajustarlos o evaluar cómo disminuirlos para obtener mayores ganancias.
Los problemas relacionados con la liquidez son temporales y debes diagnosticarlos puntualmente para evitar que se conviertan en una situación que permanezca en el tiempo, ya que esto puede ocasionar graves consecuencias en el negocio.
Considera que los cambios o variaciones en el mercado también afectan este punto y es tu obligación estar preparado para las contingencias. Por lo tanto, define posibles acciones frente a cualquier eventualidad que arriesgue la salud financiera de tu empresa.
Por último, es imperativo conocer y evaluar tu situación económica para adaptar las mejores opciones que te permitan mantener una gestión de liquidez exitosa para tu negocio. No subestimes este importante indicador y actualízalo constantemente.