El consumismo en Chile, en constante evolución, es un fenómeno complejo que deja un impacto notable en la vida de los ciudadanos. En este escenario, las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) juegan un papel fundamental.
Las necesidades del consumidor chileno son influenciadas por factores económicos y sociales, que a su vez son desafíos y oportunidades únicas para las empresas.
En un contexto donde la tasa de inflación anual en Chile alcanza el 3,7% según Datosmacros.com, las PyMEs se enfrentan a la tarea de comprender y adaptarse a los cambios en el comportamiento del consumidor.
Sustancialmente, es importante examinar de cerca cómo las variables económicas afectan directamente las decisiones de compra. Asimismo, las PyMEs, al ser actores ágiles y adaptables, pueden capitalizar estas fluctuaciones para satisfacer las demandas del mercado.
Desde el punto de vista del consumidor chileno, al enfrentarse a la realidad de un menor poder adquisitivo y a la caída del consumo en junio de 2023, busca opciones que se alineen con su presupuesto. Por ello, las PyMEs tienen la oportunidad de destacar al ofrecer productos y servicios que se ajusten a las expectativas de los consumidores, pero que satisfagan las necesidades básicas.
Pero, ¿cómo las empresas y consumidores están respondiendo a este panorama cambiante? En las siguientes líneas te lo contamos.
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Como mencionamos al principio, la tasa de inflación anual en Chile, fijada en un 3,7 %, impacta directamente en la toma de decisiones de los consumidores, quienes, en un esfuerzo por adaptarse a un entorno inflacionario, buscan nuevas estrategias de compra.
Por ejemplo, según Comscore, “el 45 % de los consumidores chilenos acceden desde el móvil y su computadora para consumir contenido digital”.
Con este dato, es claro que los medios digitales y el consumo digital son elementos clave en esta transformación. Pues, con la tecnología se ha empoderado a los consumidores chilenos en sus decisiones de compra, proporcionándoles acceso a información instantánea sobre las fluctuaciones de precios y las tendencias del mercado.
El consumo digital es una respuesta inteligente al aumento de los precios. Los consumidores, conscientes de la inflación, recurren a plataformas en línea para comparar precios, buscar ofertas y realizar compras de manera más eficiente.
Este cambio en los hábitos de consumo, respaldado por la influencia de los medios digitales, señala un panorama en constante evolución. En este contexto, las empresas, especialmente las PyMEs deben estar atentas a estas tendencias, aprovechando las oportunidades que se presenten.
Para comprender el consumismo en Chile, es esencial desembrollar el perfil del consumidor, pues este es un aspecto que define sus preferencias y guía las decisiones de compra. Es una ventaja competitiva para las microempresas al conocer los valores y comportamientos de los consumidores.
El consumidor chileno tiene presente la sostenibilidad y la conciencia ambiental como factores cruciales para tomar decisiones de compra. Un dato significativo revela que más del 70 % de los consumidores en Chile consideran la sostenibilidad como un criterio importante al elegir productos y servicios.
Esta inclinación hacia prácticas comerciales responsables deja en claro la importancia de la responsabilidad social empresarial. Una oportunidad para las PyMEs que adopten enfoques sostenibles.
El perfil del consumidor chileno también evidencia una creciente confianza en las fuentes de información digital. La presencia en línea y las estrategias de marketing digital se vuelven fundamentales para las PyMEs, ya que más del 60 % de los consumidores chilenos afirman buscar información sobre productos y servicios en plataformas digitales antes de realizar una compra significativa.
En síntesis, el perfil del consumidor chileno está moldeado por valores de sostenibilidad y la influencia de la información digital.
La realidad económica y fluctuante de Chile, ha llevado a muchos consumidores a enfrentarse a la necesidad de ajustar sus presupuestos. Lo que también plantea una serie de retos para PyMEs que buscan entender y adaptarse al comportamiento del comprador chileno en tiempos de restricciones financieras.
Según un informe de Kantar, una empresa de consultoría de datos a nivel mundial, que grosso modo, revela la disminución del gasto en categorías no esenciales.
En un intento por estirar cada peso, los consumidores han reducido sus compras de artículos considerados como «lujo» o no fundamentales, priorizando aquellos que satisfacen necesidades básicas.
Con esto, queda en evidencia las preferencias de compra del consumismo en Chile para adaptarse a un menor presupuesto y un gasto eficiente.
Con esto en mente, el cambio en el comportamiento del comprador chileno ilustra la respuesta pragmática ante un menor presupuesto, a la vez en que las empresas y emprendedores se destacan en la necesidad de ajustar estratégicamente sus ofertas para satisfacer las demandas cambiantes del mercado.
En junio de 2023, Chile experimentó una marcada caída en los niveles de consumismo en Chile, reflejando desafíos económicos. Delineando un panorama desafiante para las empresas y consumidores por igual.
Según informes recientes del portal El Economista, “el consumo en Chile sigue siendo la cara más visible del ajuste que está experimentando la economía, como lo ratifica el Índice de Actividad del Comercio (IAC), publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE)”.
Exactamente, este indicador para el mes de junio cayó un 7,9 % en su variación YTD, la peor caída desde diciembre del 2022. Respectivamente, el sector que más afectó este movimiento fue el automotor, con una pérdida del 16,7 % en el mismo periodo.
Esta disminución se atribuye a diversos factores, desde la persistente inflación hasta cambios en el comportamiento del consumidor ante un entorno financiero incierto (como pudiste leer en líneas anteriores).
En medio de la pronunciada caída del consumo en junio de 2023, Chile se enfrenta a un desafío económico considerable.
Para las pequeñas y medianas empresas, la adaptabilidad es esencial, especialmente al considerar el impacto en el inicio de actividades comerciales.
En definitiva, la resiliencia empresarial se convierte en un factor determinante para superar esta crisis, desarrollando estrategias innovadoras y una comprensión profunda del comportamiento del consumidor.
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