Primero vamos a entender qué es el flujo de caja y por qué debe interesarte. Es el indicador sobre los ingresos y gastos netos de una empresa en un periodo de tiempo determinado.
Aporta una visión clara del estado financiero y permite analizar cuál es el futuro de la organización a corto, mediano y largo plazo.
El flujo de caja puede ser positivo o negativo. Ahora, ¡indaguemos en cada uno!
Hablamos de flujo de caja positivo cuando la empresa tiene suficiente liquidez para atender las necesidades básicas del negocio como, por ejemplo, pago de personal, servicios, materia prima, entre otros.
Pero, además, los números son favorables para atender planes de desarrollo que faciliten el crecimiento de la compañía y permitan alcanzar metas.
No importa si tienes una Pequeña y Mediana Empresa (PYME) o si diriges una gran compañía, tener un flujo de efectivo positivo es uno de los objetivos de cualquier negocio. Así que, las cuentas en verde son importantes porque:
La liquidez positiva es un indicio de que se están manejando correctamente las finanzas de la compañía. Aquí te dejamos cuatro consejos que te ayudarán a mantener los números en alza:
Debes tener control de los gastos que se generan y mantener los costos operativos bajos.
Determina cuáles son las áreas con consumos crecientes y estudia estrategias para minimizar ese impacto.
¿Sabías que es más costoso ganar un nuevo cliente que retener a los que ya tienes? Por eso, asegúrate de establecer un plan con el objetivo de fidelizar a tu público.
En otras palabras, aprovecha a los clientes que ya posees para generar más ingresos.
Puedes considerar pagar a tus proveedores y ponerte al día con los impuestos en la fecha límite, pero nunca retrasarte.
Es una buena forma para contar siempre con dinero y no recurrir a líneas de financiamiento.
Olvídate de llevar las cuentas del negocio a la antigua: con lápiz, papel y una calculadora.
Necesitas usar las nuevas tecnologías y administrar tu flujo de caja con la ayuda de un software.
Esto te permitirá monitorear mejor el dinero, tener un control organizado, metódico y proyectar el futuro financiero de la empresa.
Por regla general, el flujo de caja es positivo si el dinero entra más rápido de lo que sale. De ocurrir lo contrario, entonces las finanzas de la compañía están en peligro.
Dicho esto, veamos de qué se trata tener un flujo de caja negativo.
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Significa que los activos corrientes se aminoran. Es uno de los peores escenarios para una empresa, porque puede llevarla a la quiebra.
Ocurre cuando la salida de efectivo es mayor y más rápida que el ingreso. En otras palabras, en la compañía empieza a consumirse el capital.
Hay una larga lista de acciones que llevan a que la liquidez de una empresa sea negativa. Aquí te explicamos las tres más comunes:
Una inadecuada fijación de precios de los productos o servicios impactará directamente en los ingresos de una empresa y será determinante en tu flujo de caja. Por esto, es indispensable considerar todos los gastos antes de establecer los costos.
Cada uno de los gastos que se realizan dentro de la compañía deben ser controlados, hasta los más insignificantes. La razón es que al final todo suma y, si algo deja de tomarse en cuenta, inevitablemente las cifras no concordarán.
Un adecuado control de gastos permite a los gerentes establecer metas y tomar decisiones estratégicas sobre el uso del dinero.
En los negocios las improvisaciones no son buenas. Por esta razón, la falta de planificación termina afectando la administración del flujo de dinero de tu PYME.
La planificación dentro de una empresa no solo se trata de crear nuevos productos y servicios, sino también de contar con estrategias para el crecimiento a corto y largo plazo.
Ahora que conoces la importancia del flujo de caja positivo y negativo para tu empresa, es momento de aprender a calcular el dinero que entra y sale. Solo así sabrás con exactitud qué clase de terreno financiero estás pisando.
Calcular el flujo de caja es muy sencillo: tienes que cuantificar el beneficio neto de las amortizaciones que se realizaron en un periodo de tiempo determinado.
Lo obtendrás sumando: Beneficios netos, amortizaciones, provisiones y cuentas por pagar. Al resultado obtenido debes restarle las cuentas por cobrar. Así tendrás el número exacto del flujo de caja.
Ya tienes las herramientas necesarias, ¡ahora es momento de hacer los cálculos y saber cómo está la salud financiera de tu negocio!