En el ámbito empresarial existen al menos nueve tipos de auditorías diferentes: externa o legal, interna, asesorías, operativa, pública o gubernamental, informática, integral, financiera, ambiental y de recursos humanos. Es importante que, como empresario o contador auditor, comprendas las diferencias que hay entre unas y otras, pues garantizan la máxima transparencia de las políticas financieras y económicas del negocio, así como el cumplimiento de la ley y la eficiencia operacional.
Independientemente de su tamaño, las diferentes auditorias que tu negocio debería aplicar -parcial o totalmente- en algún momento son:
Es la más popular. Hace referencia al análisis de las cuentas del balance anual por parte de un profesional externo con el fin de verificar que realmente se ajusten a la realidad del negocio.
La ejecutan los mismos colaboradores de la empresa con el objetivo de definir la validez de los métodos de operaciones y su coherencia frente a la política general de la organización. Es clave para el control interno y, por lo general, aporta importantes soluciones a los problemas encontrados.
La ejecuta un profesional especializado en la materia (interno o externo), y tiene como fin evaluar la empresa y su gestión para aumentar la eficacia y la eficiencia.
En Chile, es realizada por la Contraloría General de la República “con el fin de verificar que los órganos de la Administración del Estado actúen dentro del ámbito de sus atribuciones y con sujeción a los procedimientos que la ley contempla”.
Es una evaluación de las redes y sistemas informáticos para garantizar su correcto funcionamiento y seguridad.
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Este tipo de auditoría evalúa la información financiera de la empresa, su estructura organizacional, los sistemas de control internos y el cumplimiento de las leyes y objetivos estratégicos. Todo, para obtener una visión global del funcionamiento del negocio.
Se encarga de examinar los estados financieros y verificar que sus registros correspondan a la realidad. El proceso lo realiza un contador auditor.
Se emplea para revisar la plantilla de personal, las necesidades que posee la empresa en este rubro y la calidad de la gestión del talento humano.
Analiza el impacto ambiental de las actividades de la empresa, así como su alineamiento con la legislación sobre el medio ambiente.
Sin duda, importantes revisiones para optimizar el rendimiento de todo negocio. Sin embargo, pueden citarse algunas más, como la fiscal y la de seguridad. Lo importante es que no debes aplicarlas todas, sino solo aquellas que se ajustan a las necesidades de tu negocio.
Algunas empresas tienen la obligación de desarrollar auditorías financieras y externas. Por ejemplo, las empresas reguladas y/o supervisadas por la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y las compañías de seguros y reaseguro nacionales deben mantener auditados, por ley, sus estados financieros anuales.
Además, estos son exigidos por inversionistas y accionistas y, a la hora de otorgar préstamos importantes, algunas entidades financieras también las establecen como requisito básico.
En estos casos, la obligación legal te permite definir el tipo de revisión a aplicar. Pero cuando deseas implementar la auditoría de forma voluntaria para potenciar la transparencia y mejorar procesos y controles, debes determinar el objetivo de estudio.
Para hacerlo, lo primero es evaluar el nivel de cumplimiento de objetivos estratégicos y tratar de identificar las áreas en donde posiblemente está fallando el negocio.
Por ejemplo, si la empresa tiene problemas con la retención de talento y la alta rotación de personal, es posible que estén fallando las políticas de gestión de recursos humanos, por lo que auditar el departamento es una buena idea haciendo especial foco en las técnicas de employer branding que maneja.
Luego de identificar los rubros en los que posiblemente está fallando la organización, puedes determinar el tipo de proceso a aplicar. No obstante, si deseas tener mayor seguridad al respecto, puedes contratar una auditoría integral que evalúe toda la empresa en general.
Aunque auditoría y contabilidad hacen referencia procesos independientes, están estrechamente ligados porque la empresa debe realizarlos para preparar sus datos financieros y garantizar que la información presentada a los usuarios sea fidedigna, íntegra y objetiva.
La contabilidad es la que proporciona dicha información financiera, y la auditoría garantiza que dicha información es confiable y que ha sido preparada según las normas establecidas. Ninguna de las dos puede fallar.